Jorge Macri cierra al profesorado de Lengua y Literatura más antiguo del país

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La decisión de cerrar la inscripción al Profesorado de Lengua y Literatura más antiguo del país expone la contradicción de un Estado que reclama más docentes pero aniquila las instituciones que los forman.

Pese a los reclamos de la comunidad educativa y a las propuestas presentadas por docentes y ex rectores, el Mariano Acosta avanza hacia el vaciamiento de su profesorado de Letras. El silencio oficial y las respuestas burocráticas revelan la desidia de un gobierno que, bajo la excusa de “reorganizar la oferta”, atenta contra una tradición académica que marcó la historia cultural argentina.

La Escuela Normal Superior Mariano Acosta no es un establecimiento cualquiera: allí, en 1880, se creó el primer profesorado de Lengua y Literatura de la Argentina, incluso anterior al de la Universidad de Buenos Aires. De sus aulas egresaron figuras como Julio Cortázar, Leopoldo Marechal y Homero Manzi, nombres que encarnan la riqueza cultural que este país todavía presume. Sin embargo, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió, desde 2023, cerrar la inscripción al primer año de esa carrera, lo que en los hechos equivale a una condena a muerte para el profesorado.

La maniobra, iniciada bajo la gestión de Horacio Rodríguez Larreta y Soledad Acuña, se sostiene hoy con Jorge Macri y su ministra Mercedes Miguel. No se trata de un error administrativo ni de una decisión transitoria: ya van tres ciclos sin inscripción, mientras los docentes advierten que se trata de un vaciamiento planificado. “Es contradictorio que la Ciudad diga que faltan profesores y al mismo tiempo cierre las puertas para formarlos”, denuncia Sebastián Porrini, con más de dos décadas enseñando en el instituto.

Las excusas oficiales rozan lo absurdo. En un intento de maquillar el cierre, la administración porteña habla de una supuesta “reorganización de la oferta” y de la “relocalización de la carrera” hacia barrios de la zona sur u oeste. Lo curioso es que esas mismas propuestas fueron planteadas por los docentes hace años, con proyectos concretos y hasta con opciones de traslado a escuelas secundarias ya existentes. La respuesta del gobierno, cuando llega, es fría, impersonal y firmada por un “equipo de consultas”, como si se tratara de un trámite menor y no de una política que arrasa con 145 años de historia académica.

La indiferencia es lo que más golpea a la comunidad del Mariano Acosta. Jorge Norberto Butera, ex rector de la institución y hoy uno de los principales referentes de la resistencia, lo sintetizó con crudeza: “Las autoridades hacen como si les interesara la educación, pero en los hechos la dejan caer”. Su carta abierta en Change.org, bajo el título “No al cierre del Profesorado de Lengua y Literatura Mariano Acosta”, acumula adhesiones de docentes, estudiantes y egresados que entienden que detrás de esta decisión se esconde una política deliberada de achicar lo público.

La paradoja es evidente: mientras los funcionarios se llenan la boca hablando de la “importancia de la educación”, son los mismos que firman de un plumazo la desaparición de institutos históricos. ¿Cómo puede un país que se jacta de su tradición cultural desmantelar el espacio donde se formaron generaciones de docentes y escritores? La hipocresía no podría ser más clara.

El profesorado del Mariano Acosta no solo enseña Lengua y Literatura. Es un espacio de extensión, investigación y actualización permanente, que recibe incluso a profesionales de otras áreas que buscan habilitación pedagógica. Lejos de ser un lugar obsoleto, sigue siendo un núcleo vivo y necesario para la formación docente. Pero las autoridades lo tratan como un sobrante, algo que puede barrerse debajo de la alfombra en nombre de la “eficiencia”.

En un país gobernado por la lógica del ajuste y el desprecio por la educación pública, el cierre encubierto del Mariano Acosta es una muestra más del rumbo que se pretende imponer. No es un error ni una medida aislada: es parte de un plan que ve a la educación como gasto y no como inversión. Frente a esto, la comunidad educativa no se resigna. Butera lo dijo con claridad: “El reclamo debe continuar con más fuerza todavía”.

El futuro del Mariano Acosta está en juego. Y con él, la memoria de un país que alguna vez entendió que sin educación pública no hay cultura, no hay democracia y no hay futuro.

Fuente

.https://www.infobae.com/sociedad/2025/09/29/como-quien-oye-llover-un-docente-lamenta-la-indiferencia-ante-el-reclamo-por-el-cierre-de-un-profesorado-del-mariano-acosta/