¡Vergüenza! Operativo anti marcha: Fuerzas de seguridad bajan manifestantes de los micros rumbo a Plaza de Mayo

En un clima de creciente tensión política, la Gendarmería y otras fuerzas realizaron controles arbitrarios en la Autopista Riccheri. Militantes fueron requisados y demorados sin justificación clara, en lo que algunos señalan como un intento de amedrentamiento.

A pocas horas de una movilización prevista en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, se registraron operativos policiales que detuvieron micros en la Autopista Riccheri. Según reportes televisivos, bajaron a manifestantes identificados como militantes políticos, requisaron sus pertenencias y generaron un ambiente de intimidación. La escena, transmitida en vivo, fue catalogada por periodistas y asistentes como un avance del Estado policial y una maniobra disuasiva.

Un operativo de seguridad desplegado sobre la Autopista Riccheri generó una fuerte reacción entre manifestantes y referentes políticos que se dirigían hacia la Ciudad de Buenos Aires. Micros que trasladaban personas a una movilización en Plaza de Mayo fueron detenidos por fuerzas de seguridad que, sin orden judicial aparente, procedieron a bajar a los pasajeros, requisar sus pertenencias y controlar su documentación.

La escena fue registrada en vivo por la motocámara del canal C5N, que transmitió el momento en que los efectivos detenían colectivos y obligaban a los manifestantes a descender, mientras se escuchaban cánticos como “¡Viva Perón, viva Evita, viva Cristina, viva Néstor!” y muestras de respaldo a la expresidenta.

“Están bajando gente de los micros directamente. Un estado policial”, se escuchó decir a una de las periodistas del canal. “Identificaron que se trataba de militantes y a partir de allí comenzó la requisa de sus efectos personales, con la única intención de amedrentar, de desalentar”, agregó. A pesar del operativo, los manifestantes expresaron que “esto no desalienta a nadie”, y aseguraron que continuarán movilizándose.

La transmisión también recogió el testimonio de asistentes que vincularon estos operativos con una estrategia más amplia de silenciamiento político y proscripción simbólica: “Esto va todo en el mismo sentido: que no salga al balcón, que no reciba visitas, que se calle. Es proscripción”, denunciaron.

El operativo se produce en el marco de una convocatoria multitudinaria en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, quien atraviesa una fuerte ofensiva judicial y mediática. Miles de personas se dirigían hacia la capital para expresar su respaldo, cuando fueron interceptadas por las fuerzas del Estado.

El despliegue de control y amedrentamiento marca un preocupante precedente en materia de derechos civiles y libertades públicas. En democracia, el derecho a manifestarse no puede ser coartado por acciones represivas bajo el pretexto de seguridad preventiva. La escena de ciudadanos requisados por “parecer militantes” revive las peores memorias del control ideológico en el espacio público.

El operativo anti marcha, más allá de su efectividad o su finalidad, pone en el centro del debate la criminalización de la militancia política, y tensiona los límites del accionar estatal frente a la protesta social. En un momento donde se define el futuro de la democracia argentina, las imágenes de la Riccheri son un llamado de atención: ¿hasta dónde está dispuesto a avanzar el poder para callar a quienes piensan distinto?

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