Pettovello nombró a un funcionario vinculado al entorno narco de Fred Machado

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El Ministerio de Capital Humano, conducido por Sandra Pettovello, vuelve a estar en el ojo de la tormenta. Esta vez por la designación de Hernán Darío Núñez, un funcionario con un pasado empresarial que lo vincula directamente con el entorno del narcotraficante Federico “Fred” Machado, acusado de liderar una red internacional de lavado de dinero y tráfico aéreo de drogas.

La revelación fue publicada por el periodista Guillermo Carlos Delgado Jordan en En Orsai el 9 de octubre de 2025 bajo el título “Un funcionario de Pettovello socio del testaferro de Fred Machado”. Su investigación expone una trama inquietante donde confluyen empresarios, dirigentes políticos y funcionarios del gobierno de Javier Milei.

Según el artículo, Claudio “Lechuga” Ciccarelli, empresario de Viedma y primo hermano de Fred Machado, fue propietario de una camioneta negra blindada que utilizó José Luis Espert durante su campaña de 2019. A Ciccarelli muchos lo sindican como el “testaferro” de Machado: el hombre que ponía su nombre en las empresas destinadas al lavado de activos provenientes del narcotráfico.

Una de esas firmas, GOLD AND SAND S.R.L., fue constituida el 20 de agosto de 2021 en Río Negro, con Ciccarelli como socio mayoritario (90%) y Maximiliano Larrañaga como socio minoritario (10%). La empresa, dedicada formalmente a la minería, aparece registrada en el Boletín Oficial rionegrino. Larrañaga, a su vez, ocupó cargos en el Poder Ejecutivo provincial y trabajó en el bloque parlamentario Juntos Somos Río Negro, ligado al gobernador Alberto Weretilneck. Sin embargo, en agosto de 2023, este cede su participación al mencionado Hernán Darío Núñez, quien pasa así a ser socio de Ciccarelli, el supuesto operador financiero del narco.



El dato más explosivo es que menos de un año después, en julio de 2024, ya con el gobierno libertario en funciones, Hernán Núñez fue designado en el Ministerio de Capital Humano, bajo la firma de la propia Pettovello. Es decir: un ex socio comercial del entorno directo de Fred Machado fue nombrado funcionario del Estado nacional.

La designación no parece un descuido burocrático, sino parte de un patrón que se repite en distintos sectores del oficialismo, donde figuras con vínculos empresariales dudosos o con antecedentes judiciales ingresan a la estructura estatal bajo el paraguas del “cambio libertario”.

El caso de Núñez se suma a otros episodios que muestran cómo el gobierno de Javier Milei ha tejido relaciones peligrosas con actores vinculados al mundo narco y financiero. En los últimos meses, el nombre de Fred Machado ha aparecido en múltiples causas y denuncias que involucran a empresarios cercanos a La Libertad Avanza. Incluso se ha señalado que sectores de la Justicia y la propia ministra Patricia Bullrich han intervenido para frenar investigaciones o dilatar extradiciones.

Como recuerda En Orsai, el propio Juan Grabois advirtió públicamente que “la ministra Bullrich debería ponerle seguridad a Fred Machado, no vaya a ser que le pase algo antes de que lo extraditen”, insinuando que ciertos sectores buscan silenciarlo antes de que hable.

La ministra Sandra Pettovello, ya cuestionada por el escándalo de los alimentos retenidos en galpones y las designaciones irregulares dentro de su cartera, suma ahora un nuevo motivo de sospecha. Su decisión de incorporar a Hernán Núñez, socio de un presunto testaferro narco, refuerza la percepción de que el Ministerio de Capital Humano se ha transformado en un refugio para operadores con pasado turbio.

Lo llamativo es que la propia Pettovello ha intentado mostrarse como una funcionaria “incorruptible” dentro del gabinete libertario. Sin embargo, cada nuevo nombramiento o investigación parece desmentir ese relato y mostrar el costado más oscuro del “modelo moralista” de Milei.

El gobierno libertario insiste en su discurso contra la “casta” y el “Estado corrupto”, pero los hechos revelan una red de intereses cruzados entre política, negocios y narcotráfico. Desde las designaciones en YPF hasta los vínculos con empresarios acusados de lavado, la línea divisoria entre el poder político y el dinero sucio se vuelve cada vez más delgada.

El caso de Hernán Núñez no es un episodio aislado, sino una pieza más en el rompecabezas de un gobierno que promete transparencia mientras profundiza la opacidad. Como advierte Guillermo Carlos Delgado Jordan en su investigación, “el círculo que vincula al gobierno libertario y al mundo narco se sigue estrechando”. Apenas se rasca la superficie y, una vez más, aparece un narco, un testaferro o un empresario sospechoso en el corazón del poder. Y mientras tanto, desde el relato libertario se sigue insistiendo con la moralina de la “libertad” y el “mérito”, mientras los verdaderos negocios —los que mueven millones— se cierran entre cómplices y socios delictivos.

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