Milei:»Santilli es un pésimo candidato, es un engendro, se mueve por los negocios»

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El presidente que dijo que “no tiene la culpa de que Juntos por el Cargo tenga un pésimo candidato” oficializó al mismo Diego Santilli —a quien llamó “engendro”— como cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires. La hemeroteca libertaria no perdona.

En una nueva muestra de su coherencia elástica, Javier Milei pasó en cuestión de meses de insultar a Diego Santilli a convertirlo en su principal aliado electoral bonaerense. Los videos donde lo destruye circulan con furia en las redes, mientras el propio mandatario intenta justificar lo que parece un nuevo salto triple mortal de la política más tradicional que prometió destruir.

“Yo no tengo la culpa si Juntos por el Cargo tiene un pésimo candidato, horrible, como es el caso de Santilli, que es un engendro que estaba en Capital y lo pasaron a Provincia”.
Esa fue la frase, textual, de Javier Milei, pronunciada con su habitual tono de indignación mesiánica, meses atrás. Hoy, ese “engendro” es su flamante candidato a diputado provincial por Buenos Aires.



Las redes sociales no tardaron en hacer lo suyo: los videos en los que Milei destroza a Santilli se viralizan con velocidad de misil, acompañados por ironías del tipo “La casta sos vos” o “Del engendro al elegido”. Porque si algo tiene el archivo, es una memoria implacable.

El libertario que juraba venir a “dinamitar la casta” ahora abraza sin pudor a uno de sus exponentes más clásicos: ex vicejefe de gobierno porteño, eterno funcionario del PRO y veterano del sistema político que Milei decía detestar. Pero como siempre, el presidente encuentra una justificación: la “realpolitik”, o en criollo, el pragmatismo disfrazado de revolución moral.

El caso Santilli desnuda, una vez más, el ADN mutante del mileísmo. Lo que ayer era un “engendro” hoy es un aliado; lo que antes era “la casta” hoy es “parte del cambio”; y lo que antes era “inmoral” hoy se vuelve “estratégico”. Milei, que hizo de la pureza ideológica su bandera, vuelve a demostrar que su brújula moral apunta siempre hacia donde sople el viento del poder.

La incorporación del “Colo” no solo descoloca a sus seguidores más fervorosos —aquellos que todavía creen que el libertario vino a destruir el sistema desde adentro—, sino que también deja en ridículo su discurso anticasta. Porque si Santilli no es parte de la casta, ¿entonces quién lo es?

Mientras tanto, desde el entorno presidencial intentan justificar lo injustificable. Algunos hablan de una “alianza táctica”, otros de “ampliar la base electoral”. Pero lo cierto es que, para un presidente que construyó su identidad insultando a todos los demás, terminar abrazado a uno de ellos tiene un aroma inconfundible a rendición política.

Javier Milei ya no solo pelea contra el “kirchnerismo” o “la casta”, sino contra su propio archivo. Y en esa pelea, parece estar perdiendo por goleada. Porque cada vez que intenta borrar el pasado, aparece un video suyo gritándole al espejo.


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