Milei pierde apoyo social: su desaprobación supera el 51% y Kicillof emerge como alternativa

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La recesión golpea con fuerza al Gobierno y los números lo exponen: Milei retrocede en imagen, Karina Milei se desploma y Axel Kicillof logra un crecimiento inesperado en las encuestas.

La luna de miel política de Javier Milei parece haber terminado y lo que queda en evidencia es un malestar social que no se esconde en ningún discurso. Una encuesta nacional de RDT Consultores, conocida por su cercanía inicial al oficialismo, dejó al descubierto lo que en la calle ya se siente: más del 51% de los argentinos desaprueba la gestión del Presidente, mientras que apenas un 34% sostiene la aprobación. No se trata de un dato menor, sino del primer derrumbe serio de un gobierno que prometió “ordenar la economía” y solo consiguió profundizar la recesión.

El estudio, realizado entre el 10 y el 15 de septiembre, confirma un retroceso de más de seis puntos en la imagen positiva de Milei y una baja de 4,6 puntos en la aprobación de su gestión. Hasta la figura de su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, símbolo de la estructura interna libertaria, también registra un marcado desplome. La política del “hermanazgo” que el Presidente quiso instalar parece hoy más un lastre que un sostén.

El bolsillo, como suele ocurrir en la Argentina, habló más fuerte que cualquier relato. La baja de la inflación, que el Gobierno mostró como bandera, dejó de ser un diferencial. Lo que angustia a la sociedad es el estancamiento, la falta de empleo y la caída brutal del poder adquisitivo. El mercado interno está paralizado y la gente lo siente cada día al enfrentarse con góndolas que parecen inaccesibles. La bronca es palpable, y la encuesta solo le pone números a un hartazgo que se multiplica.

Pero el dato más llamativo está en la vereda opuesta: Axel Kicillof, gobernador bonaerense y figura resistida por algunos sectores del establishment, logró mejorar su imagen en 8,6 puntos. El crecimiento es tal que lo posiciona por encima de Cristina Fernández de Kirchner, convirtiéndolo en un referente inesperado en medio de la crisis libertaria. En otras palabras, mientras el experimento económico de Milei se desmorona, el peronismo encuentra en Kicillof una carta que hasta hace pocos meses parecía impensada.

Claro que el panorama político argentino está lejos de ser previsible. Los mismos ciudadanos que hoy castigan a Milei fueron quienes lo respaldaron masivamente en 2023. Sin embargo, la encuesta refleja una tendencia clara: la sociedad ya no compra la promesa de ajuste eterno y sacrificio sin horizonte. Si no hay resultados visibles en el corto plazo, el Gobierno puede entrar en un espiral de desgaste irreversible.

El derrumbe de la imagen presidencial no es solo un problema de encuestas, es un síntoma de la fractura entre el relato libertario y la realidad cotidiana. Mientras Milei insiste en culpar a la “casta”, los argentinos enfrentan salarios pulverizados, cierres de comercios y un desempleo que empieza a asomar con fuerza. La paciencia social tiene límites, y todo indica que el Presidente está a punto de descubrirlos.

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