La jueza federal estadounidense Jennifer Rochon, del Distrito Sur de Nueva York, rechazó la solicitud presentada por cuatro fondos internacionales de inversión que pedían autorización para obtener pruebas sobre la eventual vinculación del Estado argentino con los activos millonarios generados por la criptomoneda Libra. En su resolución, Rochon planteó que “las pruebas no permiten sostener que la República Argentina sea actualmente titular de los activos”, una frase que desató sospechas sobre quiénes serían los verdaderos beneficiarios de esa fortuna.
La causa, iniciada a raíz de una demanda colectiva en Nueva York, investiga el presunto uso fraudulento de información y manipulación de mercado en torno al lanzamiento del token Libra, un proyecto promovido por el empresario estadounidense Hayden Davis. La polémica se desató cuando, en febrero de este año, el presidente Javier Milei publicó un mensaje en la red social X elogiando el proyecto como una herramienta para “financiar emprendedores argentinos”. Aquella publicación provocó un salto explosivo en el valor del token, que luego se desplomó dejando a miles de pequeños inversores con pérdidas millonarias.
Según los documentos judiciales, la jueza Rochon insinuó que los fondos podrían no pertenecer al Estado argentino sino “a los promotores” de la criptomoneda. Esa afirmación, lejos de exonerar responsabilidades, colocó bajo la lupa a tres nombres concretos: Javier Milei, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el propio Hayden Davis. Todos ellos aparecen mencionados en distintas presentaciones judiciales por su participación directa o indirecta en el lanzamiento de Libra y en el movimiento de fondos posterior.
Los demandantes argumentan que el respaldo presidencial fue determinante para atraer inversiones y que, poco después, los impulsores del proyecto retiraron grandes sumas de dinero antes del colapso del activo digital. El caso ya acumula miles de páginas de documentación, y la magistrada Rochon deberá definir si corresponde aplicar la legislación estadounidense contra organizaciones financieras fraudulentas, entre ellas la Ley RICO, que sanciona el lavado de activos y las maniobras de manipulación bursátil.
En paralelo, en Argentina la investigación judicial avanza con lentitud. La unidad especial creada para analizar el caso fue disuelta sin haber presentado un solo informe técnico, y el Gobierno nacional evita dar precisiones sobre la eventual participación de funcionarios. Desde la Casa Rosada se limitaron a sostener que Milei actuó como “inversor privado” y no como presidente cuando publicó el mensaje que disparó la cotización de Libra. Sin embargo, la documentación presentada en Nueva York incluye comunicaciones de Davis en las que asegura haber tenido “luz verde desde la Casa Rosada” y menciona contactos directos con Karina Milei.
La investigación norteamericana continúa reuniendo pruebas sobre la ruta del dinero. La jueza Rochon ordenó conservar los activos vinculados a Libra en cuentas bloqueadas mientras se determina su verdadera titularidad. Los indicios apuntan a que los beneficiarios finales podrían ser personas físicas y no el Estado argentino, lo que mantiene abierto el interrogante sobre si parte de esa fortuna podría haberse canalizado hacia el entorno presidencial.
Aunque por el momento ninguno de los involucrados fue formalmente acusado, la decisión judicial representa un giro político y judicial de enorme impacto. Si la hipótesis de la magistrada se confirma, el escándalo Libra podría convertirse en uno de los mayores casos de conflicto de intereses y manipulación financiera de la historia reciente argentina, con consecuencias tanto en los tribunales de Nueva York como en la arena política nacional.
Fuente:
El País — “Los damnificados del caso Libra amplían la denuncia en Nueva York y apuntan contra la hermana de Milei”, 31 de julio de 2025. Disponible en: https://elpais.com/argentina/2025-07-31/los-damnificados-del-caso-libra-amplian-la-denuncia-en-nueva-york-y-apuntan-contra-la-hermana-de-milei.html
Foto de portada: Juan Ignacio Roncoroni (EFE)



















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