El economista Raúl Dellatorre advirtió que el esquema económico del gobierno de Javier Milei “ya no se sostiene”, con una economía paralizada, tasas al 150%, devaluación encubierta e inflación postergada que golpeará con fuerza tras las elecciones legislativas.
En declaraciones a Splendid AM 990, Dellatorre sostuvo que el plan del oficialismo “fracasó”, al priorizar la especulación financiera por encima de la producción y el trabajo. Con una economía detenida, fábricas cerrando y comercios vacíos, el economista alertó que el país atraviesa una recesión no reconocida oficialmente y que el gobierno sigue “mirando las pantallas financieras mientras destruye la economía real”.
El economista Raúl Dellatorre, una de las voces más respetadas del análisis económico argentino, fue categórico: “El plan económico del Gobierno fracasó.” La frase resonó en Splendid AM 990 y sintetiza la gravedad del diagnóstico sobre el rumbo del país bajo la gestión de Javier Milei. Según Dellatorre, la Argentina atraviesa una “parálisis evidente”, con el aparato productivo detenido, la industria colapsando y el consumo interno por el piso.
El analista describió un escenario que combina todos los ingredientes de una crisis autoinfligida: una devaluación silenciosa del 15%, tasas de interés que se dispararon al 150% en apenas días y un dólar al borde de la banda superior. “El Gobierno hizo todo lo posible para evitar un salto brusco antes de las elecciones, pero la devaluación ocurrió igual, solo que de manera encubierta y sin admitirlo públicamente”, afirmó.
Para sostener ese espejismo de estabilidad, explicó, el Ejecutivo utilizó simultáneamente fondos del Tesoro, del Banco Central y financiamiento externo, quemando dólares de todas partes mientras se comprometían pagos futuros en pesos a través de contratos de dólar futuro. “Eso es emisión encubierta y va a empujar la inflación después de los comicios”, detalló. La promesa de una “inflación cero” para 2026, reiterada por el ministro Luis Caputo, se revela así como una fantasía electoral.
Dellatorre no solo cuestionó la manipulación cambiaria, sino también la desconexión total entre las decisiones de política económica y la realidad de los hogares argentinos. “Se gobierna mirando las pantallas financieras, no las góndolas ni los salarios. Las familias se endeudan para comer, las pymes cierran y la producción cae. Eso no es estabilidad, es parálisis”, remarcó con crudeza.
A contramano del relato oficial, que insiste en mostrar cifras de crecimiento, el economista advirtió que los pocos indicadores positivos son “una ilusión estadística” sostenida por el sector financiero. “El índice de actividad muestra una leve suba, pero solo por la intermediación financiera. Si eliminás ese componente, la economía real está congelada”, dijo, dejando en evidencia que la supuesta recuperación no llega ni a la industria, ni al comercio, ni a la construcción.
El modelo libertario, que prioriza la rentabilidad de los grandes fondos sobre el desarrollo interno, muestra sus límites con brutal claridad. Los salarios reales caen, la pobreza se expande y la inversión productiva desaparece, mientras los bancos se benefician de tasas usurarias que multiplican la ganancia especulativa. “Estamos en una recesión que el Gobierno se niega a reconocer oficialmente, pero que los argentinos sentimos todos los días”, resumió Dellatorre.
En ese contexto, el economista advirtió que, gane quien gane las elecciones, el margen de maniobra se agotó. “El esquema actual es insostenible. Después de las elecciones, no habrá espacio para seguir improvisando”, sentenció. Su pronóstico es claro: el próximo gobierno deberá recomponer el sistema cambiario, ordenar las cuentas públicas sin asfixiar la economía y recuperar la confianza en la producción, si no quiere heredar una catástrofe social.
“El plan de Milei apostó a una estabilidad nominal sin mirar las consecuencias reales. Pero la estabilidad no se construye con tasas del 150%, se construye con trabajo y con reglas claras”, concluyó Dellatorre, dejando expuesta la contradicción central del proyecto libertario: mientras el presidente celebra la caída del gasto público, el país se hunde en una recesión que él mismo provocó.
En definitiva, lo que hoy se exhibe como “éxito” del plan económico de Javier Milei —la calma cambiaria, el freno al dólar, la supuesta reducción del déficit— no es más que un espejismo sostenido con endeudamiento, emisión disfrazada y un costo social insoportable. Como advirtió Dellatorre, la realidad no se puede tapar con gráficos: el país está parado y el modelo, agotado.
Fuente
.https://noticiasargentinas.com/economia




















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