La francesa TotalEnergies se va del país y pone en venta sus activos en Vaca Muerta

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Mientras el Gobierno de Javier Milei presume de atraer inversiones extranjeras, una de las mayores petroleras del mundo comienza su retirada del yacimiento estrella de Argentina. TotalEnergies, la multinacional francesa con más de cuatro décadas de operaciones en Argentina, confirmó su salida del negocio petrolero en Vaca Muerta. La noticia revela no sólo un reacomodamiento del mapa energético, sino también una señal preocupante sobre el clima de inversión en un país sumido en incertidumbres políticas y económicas.

El relato oficial dice que la Argentina se ha vuelto un paraíso para los inversores. Que el ajuste brutal, las reformas regresivas y la desregulación total del mercado traerán dólares, tecnología, empleo y prosperidad. Sin embargo, la realidad es terca. Mientras desde el atril libertario se proclama el «fin del populismo» y la llegada de una nueva era de “racionalidad económica”, una de las principales multinacionales del sector energético da un portazo silencioso pero contundente.

TotalEnergies, la petrolera francesa con casi medio siglo de presencia en el país, confirmó que está en pleno proceso de venta de sus activos de petróleo no convencional en Vaca Muerta. Lo que hace unos años se celebraba como una apuesta de largo plazo, hoy se desmonta con cautela y sin estridencias. La compañía, que opera cuatro bloques y participa en otros dos dentro de la formación neuquina, ha recibido ofertas concretas por sus áreas y ya se encuentra analizando quién será el nuevo dueño de sus activos en uno de los reservorios de hidrocarburos más importantes del planeta.

No se trata de una decisión aislada ni de una movida táctica. Es un retiro estratégico. Una retirada que TotalEnergies planifica desde hace tiempo, incluso antes de la asunción de Javier Milei, pero que se acelera en este contexto de volatilidad, ajuste brutal y señales erráticas desde el Estado. Mientras el Gobierno insiste en que el camino es la “libertad económica” y la apertura sin restricciones, las grandes empresas comienzan a revisar sus compromisos con el país.

Los números hablan solos. La francesa produce en Vaca Muerta alrededor de 28.000 barriles diarios de petróleo, un volumen nada desdeñable en el esquema energético argentino. Posee participaciones significativas en áreas clave como Aguada Pichana Oeste, Aguada Pichana Este, San Roque y Rincón de la Ceniza. También participa en La Calera y Bandurria Norte. Según trascendió, YPF —la empresa bajo control estatal— y Vista —la petrolera de Miguel Galuccio, el exCEO de YPF durante la gestión kirchnerista— están entre los interesados en quedarse con esos activos. Pero la mera existencia de una venta dice más que cualquier discurso celebratorio sobre la confianza inversora.

TotalEnergies no abandona del todo el país. Mantendrá sus operaciones en el segmento del gas, donde sigue siendo uno de los principales actores, con un rol destacado en la producción offshore y una proyección concreta sobre el futuro del GNL (Gas Natural Licuado). Pero el gesto es evidente: se va del petróleo no convencional, la joya de la corona energética nacional, el yacimiento en el que el Gobierno ha puesto sus mayores expectativas de crecimiento y divisas. No es casualidad, es un síntoma.

Lo que esta salida pone en evidencia es la enorme fragilidad del relato oficial sobre Vaca Muerta como salvavidas económico de la Argentina. Porque detrás de cada anuncio rimbombante, hay una realidad de altísimos costos operativos, conflictos sindicales, falta de infraestructura y, sobre todo, un sistema político que ha dejado de garantizar previsibilidad. El desmantelamiento de organismos de control, el desfinanciamiento de áreas estratégicas y el avance de una desregulación sin red de seguridad jurídica no hacen más que sembrar dudas entre los actores globales. ¿Quién puede comprometer inversiones a 10 o 15 años en un país que cada seis meses reescribe sus reglas?

La retirada de TotalEnergies también desnuda otra inconsistencia del discurso gubernamental: la idea de que el mercado todo lo resolverá. Porque sin un Estado fuerte que planifique, regule y acompañe, ni siquiera las mejores oportunidades geológicas pueden transformarse en desarrollo sustentable. Y ese es el punto ciego de la política energética del actual Gobierno. Una política que cree que la ausencia del Estado es sinónimo de eficiencia, cuando en realidad puede ser la receta para el abandono.

La movida de la petrolera francesa ocurre en un momento crítico. La recesión se profundiza, el consumo interno se desploma, el desempleo crece y las promesas de “lluvia de inversiones” siguen postergándose en el tiempo. En este contexto, que una de las compañías más serias y profesionalizadas del sector decida abandonar su operación petrolera no es una anécdota, es una señal de alarma. TotalEnergies no se va porque no le cierren los números. Se va porque el país se ha vuelto imprevisible incluso para los gigantes.

El desarme de posiciones en Vaca Muerta por parte de la firma francesa también tiene efectos colaterales. Se reconfigura el mapa de jugadores. Se abre la posibilidad de una mayor concentración entre actores locales o de menor escala, lo que podría afectar la calidad de las operaciones, el nivel de inversiones y, por supuesto, el cumplimiento de estándares ambientales. Porque no todas las empresas tienen la misma espalda financiera ni la misma ética corporativa. Y eso, en un país con controles debilitados, es un riesgo mayúsculo.

En definitiva, la salida de TotalEnergies pone en jaque el relato optimista del Gobierno sobre Vaca Muerta y sobre la economía en general. Es una muestra de que las grandes empresas evalúan no sólo el potencial geológico, sino también la estabilidad institucional, la calidad del clima de negocios y la racionalidad de las decisiones políticas. Ninguna de esas variables está hoy asegurada en la Argentina de Milei. Y los que más saben, ya empezaron a tomar distancia.

No se trata de alarmismo, se trata de leer los signos de los tiempos. Y si una empresa con décadas en el país, con know-how técnico y con inversiones millonarias decide dar un paso al costado, es porque algo no está funcionando. Por más discursos, por más conferencias de prensa con gráficos coloridos, la realidad se impone. Y la realidad es que hasta los socios históricos están comenzando a armar las valijas.

Fuente:
https://www.lanacion.com.ar/economia/la-francesa-totalenergies-avanza-con-la-venta-de-sus-activos-petroleros-en-vaca-muerta-ypf-y-vista-nid24072025/
https://www.cronista.com/negocios/vaca-muerta-totalenergies-ya-tiene-ofertas-de-compra-para-sus-areas-de-petroleo-no-convencional-en-vaca-muerta/
https://www.clarin.com/economia/francesa-totalenergies-confirma-va-vaca-muerta_0_Kp2FHZslm0.html

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