La estrategia oficial de mantener un peso fuerte para mostrar estabilidad choca con la realidad de una economía distorsionada, exportaciones en tensión y un acuerdo con el FMI que reclama un tipo de cambio mucho más alto.
El atraso cambiario ya supera el 20% según bancos y consultoras, que ubican el dólar de equilibrio en torno a los $1.500 o más. La receta de Milei, apoyada en el ajuste fiscal y el auxilio financiero de Estados Unidos, contiene la inflación pero profundiza desequilibrios que tarde o temprano exigirán una devaluación más dura.
El gobierno de Javier Milei exhibe como logro central la baja de la inflación, que pasó de niveles superiores al 200% interanual a un 33,6%. Pero detrás de ese dato, repetido como mantra oficial, se esconde un problema mayúsculo que la Casa Rosada intenta ocultar: el atraso cambiario. La mayoría de los economistas coincide en que el peso está claramente sobrevaluado, con un desfasaje que ronda el 20% y en algunos cálculos llega hasta el 30%.
La foto actual es insostenible. El dólar oficial se mueve en torno a los $1.335, cuando incluso las consultoras más prudentes admiten que el valor de equilibrio debería ubicarse entre $1.500 y $1.700 para cumplir con los compromisos externos y sostener la competitividad del país. Así lo señalaron entidades internacionales como Barclays y operadores locales como One618. No es un debate teórico: mientras el presidente festeja los precios planchados, frigoríficos argentinos empezaron a importar carne porque resulta más barata que la producción nacional. ¿Se puede hablar de soberanía económica cuando ni siquiera la carne —símbolo del consumo popular— puede sostenerse sin importar?
El propio acuerdo firmado con el FMI por u$s20.000 millones exige un superávit de cuenta corriente de u$s10.000 millones, algo que, como reconoció Juan Manuel Pazos de One618, solo puede lograrse con un tipo de cambio más débil. En criollo: sin devaluación, no hay forma de cumplir con las metas del Fondo. El problema es que Milei juega a estirar la mecha hasta después de las elecciones legislativas de octubre, temeroso de repetir el golpe político que sufrió en la provincia de Buenos Aires.
La contradicción se vuelve brutal: mientras el Gobierno festeja un salvataje externo de Estados Unidos, esa ayuda refuerza la demanda de pesos y retrasa el ajuste que la economía requiere. Es el espejismo de la estabilidad. Pero nadie en el mercado cree que pueda sostenerse por mucho tiempo. En cuanto se apague el efecto electoral, el sinceramiento cambiario será inevitable y doloroso.
La historia argentina demuestra que los atrasos cambiarios no terminan bien. Detrás del relato de la disciplina fiscal y la supuesta fortaleza del peso, Milei profundiza distorsiones que ya impactan en la economía real. Más argentinos viajan al exterior a consumir productos importados, las exportaciones pierden competitividad y la actividad se sigue hundiendo bajo el peso del ajuste. ¿Hasta cuándo podrá patear la pelota el Presidente? Esa es la verdadera incógnita que desvela a bancos, consultoras y a cualquier ciudadano que mira la góndola y siente que el “milagro” de la inflación baja tiene un costo oculto que más temprano que tarde habrá que pagar.
Fuente
.https://www.ambito.com/finanzas/dolar-analistas-advierten-un-atraso-cambiario-al-menos-el-20-y-estiman-cual-seria-un-valor-equilibrio-n6194349






















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