Aumentos por todos lados: Milei descarga la carga fiscal sobre los argentinos

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El Gobierno oficializó aumentos en electricidad, gas y combustibles con la excusa de “recomponer cuentas fiscales”, mientras el impacto en la economía familiar crece.

Desde septiembre, la nafta, el gasoil, el gas y la electricidad sufrirán incrementos que, aunque parcialmente justificados por actualizaciones legales, profundizan la carga sobre hogares y productores. Los subsidios se reducen, pero los costos se trasladan directamente a los usuarios.

El Gobierno nacional anunció que, a partir de septiembre de 2025, los precios de combustibles, gas y electricidad volverán a subir. Según el Decreto 617/2025 y las resoluciones complementarias, la medida se aplica bajo la justificación de “recomponer las cuentas fiscales y actualizar valores tras postergaciones anteriores”. Sin embargo, detrás del lenguaje técnico se esconde un incremento que afectará directamente los bolsillos de los argentinos.

En el caso de los combustibles líquidos, la nafta sin plomo y otras variantes de 92 RON verán un aumento de $10,523 por litro en el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y $0,645 en el Impuesto al Dióxido de Carbono. El gasoil sufrirá un incremento similar, con ajustes diferenciales según la región. Esta actualización se realiza en dos fases: septiembre y octubre, completando así los ajustes pendientes de 2024 y los primeros semestres de 2025, de acuerdo con la Ley 23.966 y los mecanismos de actualización por inflación.

El gas natural también experimentará cambios complejos. A pesar de una reducción del 5,49% en el precio mayorista, la combinación de aumentos en transporte, distribución y la alícuota del impuesto que financia subsidios a zonas frías incrementará la factura final de manera significativa. Según los cálculos del Ministerio de Economía, el ajuste total podría rondar el 2,35% para los usuarios residenciales, con variaciones regionales.

En electricidad, la Secretaría de Energía autorizó un aumento del 0,5% en la remuneración para la generación no contractualizada, y se sumarán subas en transporte y distribución calculadas con fórmulas que combinan inflación mayorista y minorista, resultando en un incremento aproximado del 2,5%. Aunque el Estado mantiene subsidios, entre el 24% y 76% de los hogares sigue dependiendo de ellos, especialmente en invierno, cuando el gas eleva el costo de generación eléctrica.

Si bien las autoridades argumentan que estos ajustes buscan reducir subsidios y acercar las tarifas a los costos reales, el efecto concreto es un golpe directo al bolsillo de consumidores y sectores productivos. En un contexto donde la inflación sigue erosionando el poder adquisitivo, la decisión del Gobierno se percibe como una transferencia de cargas hacia la sociedad, mientras las cuentas fiscales buscan equilibrarse a costa del ciudadano común.

El aumento simultáneo de combustibles, gas y electricidad no solo impacta en los hogares, sino también en la cadena productiva y en la inflación general, consolidando un escenario económico cada vez más complejo para 2025.

Fuente:

  • https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/combustibles-gas-electricidad-suba/

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