Apareció el contrato entre Espert y el narco empresario Fred Machado

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El documento prueba que el diputado libertario firmó con la minera de Guatemala investigada por lavado de dinero antes de iniciar su campaña política.

El vínculo entre José Luis Espert y Federico “Fred” Machado, empresario detenido por narcotráfico, deja de ser una sospecha para transformarse en evidencia documental. El contrato, por un millón de dólares y fechado antes de la campaña, revela cómo el dinero sucio penetró la política liberal bajo el lema del “mérito” y el “orden”.

La política argentina acaba de sumar un nuevo escándalo que desnuda la hipocresía del discurso moralista libertario. Apareció el contrato que vincula directamente al diputado José Luis Espert con el empresario Federico “Fred” Machado, detenido por narcotráfico y lavado de dinero internacional.

El documento —fechado antes de la campaña electoral— muestra la relación comercial entre Espert y una minera radicada en Guatemala, la misma que hoy está bajo investigación por el uso de fondos provenientes del narcotráfico. El contrato estipula un monto total de un millón de dólares, a pagar en varias cuotas, un detalle que confirma la magnitud del financiamiento y la seriedad del vínculo económico entre el político y el empresario.



En otras palabras: el financista del “liberalismo honesto” resultó ser un traficante con conexiones continentales.

Lejos de ser un rumor o una operación mediática, el contrato lleva firma, fecha y nombres propios. Y confirma lo que muchos sospechaban: la campaña de Espert no solo fue financiada por el establishment económico local, sino también por capitales oscuros del crimen organizado.

Mientras el diputado se paseaba por los canales de televisión hablando de “la cultura del trabajo” y del “orden institucional”, firmaba acuerdos con una empresa fantasma cuyo dinero provenía, según las investigaciones judiciales, de operaciones ilegales ligadas al narcotráfico.

La ironía es brutal. El hombre que denunciaba la “casta política corrupta” terminó dependiendo de la mafia narcoempresarial para financiar su salto al Congreso.
El mismo que exigía “mano dura” para los pobres que delinquen, se benefició del dinero sucio de los ricos que trafican.

La aparición del contrato, además, deja sin margen de defensa a Espert, quien en los últimos días pidió licencia “por motivos personales” luego de que se conocieran las primeras filtraciones del caso. Pero ahora el papel firmado es el que habla: la fecha anterior a la campaña, el monto millonario y la conexión directa con Machado derriban cualquier intento de despegarse del escándalo.

Resulta inquietante que, a casi un año de asumir su banca, la Justicia todavía no haya citado a Espert a declarar. ¿Protección política o simple desidia judicial? Lo cierto es que el caso exhibe la doble vara con la que se mide a los dirigentes según su cercanía al poder actual.

En un país donde se persigue a docentes por militar en sindicatos, pero se demora la investigación a un diputado vinculado con un narco internacional, la justicia parece tener un sentido del humor bastante selectivo.

La consigna libertaria de “El cambio o la decadencia” termina convertida en su espejo más obsceno: El Narcotráfico Avanza.

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