La renuncia de José Luis Espert tras vincularse con el empresario acusado de narcotráfico Fred Machado desató un terremoto digital que expone fragilidades del espacio libertario y abre paso a Diego Santilli como nuevo referente en la provincia de Buenos Aires.
Entre menciones, búsquedas y comentarios, la conversación digital refleja un rechazo masivo a Espert y deja a Javier Milei y su espacio político en medio de la polémica, mientras intentos de desviar la atención hacia el kirchnerismo fracasan.
La historia política del libertarismo argentino vivió su momento de mayor exposición digital en los últimos días con el escándalo que involucra a José Luis Espert y el empresario Fred Machado, imputado por narcotráfico y lavado de dinero. Desde que se hicieron públicos los vínculos, la conversación en redes sociales y medios digitales alcanzó cifras sin precedentes: según un análisis de la consultora Enter, entre el 27 de septiembre y el 5 de octubre se generaron 1.289.258 menciones por más de 761.000 usuarios únicos.

El punto de inflexión se dio el 3 de octubre, cuando Espert publicó un video de seis minutos admitiendo haber recibido 200.000 dólares de Machado. Lejos de calmar la polémica, el gesto reactivó la viralización del caso y potenció un debate que ya no podía limitarse al ámbito judicial. La atención pública se volcó a la dimensión política y emocional del episodio, con búsquedas en Google que alcanzaron un máximo histórico el 5 de octubre, centradas en expresiones como “Espert llorando” o “se bajó Espert”.
El análisis del sentimiento digital realizado por Enter revela la magnitud del impacto: un 41% de los mensajes fueron negativos, cuestionando su legitimidad como dirigente y vinculándolo directamente con el narcotráfico. Apenas un 0,8% reflejó opiniones positivas, destacando la renuncia como un acto de responsabilidad. La mayoría de las menciones restantes (58,2%) fueron neutrales, correspondientes a coberturas informativas de medios como TN, Clarín y La Nación.

La renuncia de Espert, lejos de limpiar su imagen, reforzó la percepción de debilidad tanto del dirigente como del espacio de Milei. La narrativa libertaria intentó trasladar el foco hacia la supuesta hipocresía del kirchnerismo, pero estas acciones apenas tuvieron tracción en la audiencia digital, dejando al oficialismo en una posición reactiva y sin capacidad de contrarrestar el daño reputacional.
En paralelo, la conversación sobre Diego Santilli creció abruptamente desde el mismo 5 de octubre, con 37.000 menciones generadas por más de 25.000 usuarios. La confirmación de que reemplazará a Espert como cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires disparó búsquedas en Google y reforzó su visibilidad política. El tono de los mensajes sobre Santilli fue mayormente neutral (64,9%), con un 23,3% de comentarios negativos que recordaban su pasado político vinculado al PRO y un 11,8% de opiniones positivas que valoraban su experiencia y capacidad para reconfigurar la estrategia electoral bonaerense, según el informe de la consultora Enter.
La nube de palabras asociada a Santilli revela la fuerte conexión con Espert, Milei y figuras del oficialismo, pero también términos como “justicia electoral”, “casta” y “peronista”, mostrando que la conversación sobre su incorporación se dio dentro de un marco de debate más amplio sobre legalidad y coherencia ideológica.

El escándalo y la salida de Espert no se limitaron a redes sociales. La entrevista de Javier Milei con Luis Majul en La Nación+ registró un fuerte impacto digital, con más de 556.000 visualizaciones entre el canal oficial y retransmisiones en perfiles afines. Aun así, el sentiment reflejó rechazo mayoritario: un 52,4% de las publicaciones fue negativo, destacando críticas sobre la supuesta intervención del presidente en decisiones judiciales y la narrativa que responsabiliza al kirchnerismo de la crisis sin evidencia que exculpe a Espert.
En conclusión, la controversia generada por José Luis Espert expuso las fragilidades de La Libertad Avanza en plena recta final electoral. La renuncia del dirigente no logró mitigar el daño a su reputación ni al espacio de Milei, mientras la incorporación de Diego Santilli inicia un proceso de reordenamiento que, aunque brinda visibilidad, todavía arrastra la sombra del escándalo. La conversación digital deja en claro que el oficialismo libertario enfrenta un escenario de alto desgaste y que la capacidad de controlar la narrativa en redes se ve limitada frente a hechos que combinan corrupción, escándalo y política de alto voltaje, según los datos recogidos por la consultora Enter.





















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