Malena Galmarini volvió a encender la interna con Daniel Scioli. En una entrevista radial, la ex titular de AySA denunció que, cuando era gobernador bonaerense, el ahora funcionario de Milei desvió una conexión de gas destinada a una escuela para abastecer su residencia en Villa La Ñata.
Malena Galmarini, candidata a diputada provincial por Fuerza Patria en la Primera Sección electoral, desempolvó viejas historias para retratar a Daniel Scioli como “un mal gobernador” y un político que, lejos de velar por el interés público, priorizó su propio beneficio.
En diálogo con FutuRock, la dirigente recordó que mientras estaba a cargo del área de Educación del municipio de Tigre, Scioli habría desviado una conexión de gas que debía abastecer a la Escuela Nº 10 del barrio Isla para llevarla directamente a su casa en Villa La Ñata.
“Se había hecho la licitación, llegó el caño, pero la escuela no estaba conectada. El gas se había derivado hacia la casa de Scioli”, denunció Galmarini.
Según relató, el episodio se convirtió en un reclamo constante de las familias que exigían la obra para cubrir los 500 metros de cañería necesarios. Sin embargo, el ex gobernador nunca resolvió el problema y los alumnos siguieron sin acceso al servicio básico.
Pero la acusación no quedó allí. Galmarini también sostuvo que Scioli bloqueó hasta tres licitaciones distintas para reparar el frente del edificio escolar porque “no combinaba con el frente de su casa”. “Así como te lo cuento, tengo papeles”, remarcó, señalando que sus advertencias de entonces jamás fueron escuchadas.
La ex titular de AySA fue más allá y acusó al actual secretario de Turismo, Ambiente y Deporte de Javier Milei de haber “privatizado” el club Villa La Ñata, emblema del futsal en la provincia y espacio que Scioli utilizó para proyectarse como figura pública bajo su apodo deportivo, “El Pichichi”.
Galmarini recordó además que durante una inundación en Tigre, mientras los vecinos padecían el agua dentro de sus casas, Scioli organizaba partidos de fútbol en su residencia con jugadores que llegaban en camionetas 4×4 y móviles de la Policía Bonaerense. “El pueblo bajo el agua y él jugando a la pelota”, lanzó con ironía.
La disputa entre ambos no es nueva: se remonta al 2013, cuando en plena campaña electoral un robo en la casa de Sergio Massa desató versiones políticas que Scioli dejó correr como maniobra de prensa. Desde entonces, los cruces se volvieron cada vez más ásperos, con un histórico intercambio televisivo en el que Galmarini no dudó en espetarle: “Con vos, para el orto. ¿Cómo voy a estar, pedazo de forro?”
Hoy, con Scioli alineado al gobierno libertario de Javier Milei y Galmarini disputando un lugar en la Legislatura bonaerense, la vieja pelea se reaviva con nuevas denuncias que no solo exponen miserias personales, sino que también refuerzan la imagen de un dirigente que nunca dejó de mezclar la política con sus intereses privados.
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