El economista Juan Enrique publica un video donde repasa punto por punto las promesas centrales de Javier Milei y muestra cómo, a dos años de gestión, ninguna se cumplió. El resultado: una economía más cara, más desigual y un Gobierno atrapado entre sus contradicciones y su propio relato.
En un video que ya circula con fuerza en redes, Juan Enrique cuestiona con dureza la coherencia y la efectividad del programa económico de Javier Milei. Desde la dolarización frenada hasta los impuestos aumentados, pasando por un ajuste que terminó golpeando a jubilados y provincias, el economista expone las contradicciones de un Gobierno que llegó prometiendo dinamitar el statu quo y terminó repitiendo viejas recetas con un costo social extremo.
El economista Juan Enrique volvió a prender fuego el debate público con un video donde desmonta una por una las seis promesas económicas más resonantes de Javier Milei. Lo hace sin eufemismos, con datos concretos y un tono que interpela directamente al Presidente. El resultado es una radiografía cruda: el programa libertario no sólo quedó a mitad de camino, sino que se transformó en un catálogo de contradicciones que afectan de lleno a trabajadores, jubilados y provincias.
Enrique arranca por la promesa fundacional del mileísmo: la dolarización. Según recuerda, Milei aseguró que la Argentina adoptaría el dólar como moneda para terminar con la inflación “de un saque”. No ocurrió. La dolarización quedó archivada entre excusas técnicas y obstáculos políticos, pero el punto central del análisis de Enrique es otro: no sólo no se dolarizó, sino que ni siquiera se levantó el cepo, una medida que Milei calificó miles de veces como el símbolo máximo del “estatismo kirchnerista”. Con sarcasmo, Enrique remarca que el Presidente terminó defendiendo el mismo control de capitales que juró desterrar.
El segundo elemento que desmonta es el compromiso de cerrar el Banco Central. No sólo no lo cerró, sino que —como señala el economista— la gestión actual reforzó reservas y operó como cualquier administración de manual. El contraste es brutal: el candidato que agitaba una motosierra para eliminar el BCRA terminó apuntalándolo para sostener una economía que sigue sin encontrar un rumbo claro.
A esto se suma una de las críticas más incisivas del video: la paradoja del Milei “insider”. El economista recuerda que el Presidente se presentaba como un infiltrado dispuesto a destruir al Estado desde adentro, pero la realidad fue otra. En lugar de dinamitar privilegios, advierte Enrique, el Gobierno se vio envuelto en escándalos vinculados a supuestas estafas desde cuentas oficiales. Un golpe directo a la credibilidad del relato libertario que se basaba en una superioridad moral que, según el video, no resistió el paso del tiempo.
El cuarto punto del análisis se concentra en una frase que Milei repitió una y otra vez en campaña: “Antes de subir un impuesto, me corto un brazo”. El economista es tajante: ese brazo simbólico sigue intacto, pero los impuestos subieron. Subieron para los trabajadores, subieron para los monotributistas y subieron en los mismos sectores productivos que Milei prometió liberar. Enrique subraya que esta contradicción no es menor: es el corazón del programa económico el que se desdibuja cuando la presión tributaria recae sobre quienes menos margen tienen para absorberla.
El quinto ítem toca una herida sensible: quién paga el ajuste. El Presidente sostuvo que la austeridad sería soportada por “la casta”, pero el video muestra otra realidad. Según Enrique, quienes terminaron pagando el costo fueron los jubilados, que vieron caer su poder adquisitivo a niveles devastadores, y las provincias, sometidas a un ahogo financiero que tensó al extremo la relación federal. La promesa del “ajuste a los políticos” quedó sepultada bajo recortes que golpearon, como siempre, a los sectores más vulnerables.
Y si todo esto fuera poco, Enrique remata el análisis con un dato que duele en miles de hogares: las tarifas. Milei había prometido que no habría aumentos hasta que la economía creciera. Sin embargo, el video afirma que las tarifas subieron un 700%, llevando a muchas familias a una situación límite. Para el economista, este giro no se explica sólo por razones fiscales, sino por una falta de diagnóstico profundo: “Milei dice que sabe cómo crecer con o sin plata, pero le falta conocimiento económico”, dispara.
En el cierre, Enrique reconoce que el país atraviesa desafíos enormes y que cualquier programa económico enfrenta obstáculos. Pero subraya que el problema de fondo es otro: la distancia entre lo que Milei dijo que iba a hacer y lo que realmente hizo. Esa brecha alimenta el desconcierto social y profundiza la incertidumbre económica. No es sólo un tema técnico, sino político y ético. Se trata de la coherencia de un gobierno que prometió épica y terminó entregando improvisación.
El video funciona así como un espejo incómodo para la administración libertaria. Refleja lo que no se hizo y lo que se hizo mal. Y plantea una pregunta que sigue flotando en el aire: ¿cuánto más puede sostenerse un programa económico que se desdibuja a medida que avanza? Juan Enrique no ofrece respuestas tajantes, pero sí una advertencia: sin un rumbo claro y sin coherencia entre discurso y acción, el futuro económico de la Argentina se vuelve un horizonte cada vez más incierto.
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