Fantino: «Mi preocupación el lunes es cómo se va a mantener el barco a flote»

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El conductor expresó su angustia en vivo por el futuro inmediato del país tras las elecciones legislativas del 26 de octubre. En su programa de Neura, advirtió sobre un lunes “dramático” para el gobierno de Javier Milei y el rumbo económico, marcando distancia del triunfalismo libertario.

Alejandro Fantino rompió el tono de euforia habitual en los espacios oficialistas. Durante su programa en Neura, el viernes 24 de octubre por la noche, lanzó una frase que rápidamente se viralizó: “Mi preocupación el lunes es cómo se va a mantener el barco a flote”. La declaración, cargada de tensión, alude al lunes 27 de octubre, el día posterior a las elecciones legislativas, cuando se conocerán los primeros resultados y comenzarán a sentirse las consecuencias políticas y económicas del voto.

El contexto no es menor. Las elecciones del domingo 26 son decisivas para el gobierno de Javier Milei: se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Las encuestas de Poliarquía y Management & Fit anticipan un escenario de paridad, sin mayoría absoluta para La Libertad Avanza. Es decir, el oficialismo podría crecer en bancas, pero seguiría dependiendo de acuerdos con sectores del PRO o de bloques provinciales para aprobar reformas estructurales.

Fantino, quien en los últimos meses se mostró cercano al discurso libertario, se desmarcó con un tono inusualmente pesimista. Habló de “angustia” y de un país al borde de la tormenta, mientras el panel debatía sobre cómo reaccionarían los mercados tras el escrutinio. En el video viral, de poco menos de dos minutos, el periodista mira fijo a cámara y plantea: “El lunes es el día en que empieza el verdadero problema. ¿Cómo se va a mantener el barco a flote si no hay resultados claros?”.

Su comentario refleja un temor compartido incluso dentro del oficialismo: el de una semana postelectoral marcada por la incertidumbre económica. Si Milei logra un triunfo contundente, las presiones internas y externas para profundizar el ajuste podrían multiplicarse. En ese caso, el gobierno aceleraría los recortes fiscales y nuevas desregulaciones, con el riesgo de profundizar la recesión que ya golpea al consumo y a la producción, con un PBI cayendo alrededor del 4% anual.

Pero el escenario contrario también preocupa. Si el oficialismo no logra imponerse o si los resultados son ajustados, el Congreso podría convertirse en un campo de bloqueo político. Los mercados ya descuentan un “lunes volátil”: el dólar paralelo bajo presión, las reservas netas del Banco Central en terreno negativo por unos 5.000 millones de dólares y la sombra del Fondo Monetario Internacional pidiendo definiciones sobre el próximo desembolso.

Fantino captó ese clima de fin de ciclo y de incertidumbre. Lejos de la retórica agresiva con la que muchos comunicadores libertarios responden a las críticas, su tono fue el de quien siente el peso del colapso inminente. “No sé si la gente dimensiona lo que va a pasar el lunes. No sé si estamos preparados para lo que viene”, insistió, visiblemente conmovido.

El periodista, que en otras oportunidades había defendido al presidente con entusiasmo, pareció esta vez enfrentarse al abismo de los números y las consecuencias reales del ajuste. La preocupación por “mantener el barco a flote” sintetiza la tensión entre el relato del orden fiscal y la realidad de una economía que se desangra.

En la mesa de debate, el comentario dejó un silencio incómodo. Algunos intentaron suavizarlo hablando de la necesidad de “paciencia” o de “transición hacia un país más libre”, pero la frase ya había quedado grabada en la memoria colectiva de los oyentes. Fantino no hizo más aclaraciones, pero su intervención circuló inmediatamente por redes y grupos de WhatsApp, interpretada como una confesión de que, incluso dentro del entorno mediático más afín al oficialismo, el miedo al lunes es real.

En ese sentido, la preocupación de Fantino podría ser la de muchos: el temor a un lunes que exponga la fragilidad del experimento libertario. Un lunes donde los discursos del mercado libre choquen con la escasez de dólares, la inflación persistente y la pobreza que roza el 60%.

Quizás, sin proponérselo, Fantino puso en palabras lo que gran parte del país ya siente: la certeza de que, gane quien gane, el lunes 27 de octubre será el comienzo de un nuevo capítulo, más crudo y menos épico, en la historia económica y política de la Argentina. Un lunes que pondrá a prueba, de una vez por todas, si el “barco” que prometía libertad puede, efectivamente, mantenerse a flote en medio de la tormenta.

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