Julian Peh, el empresario fantasma detrás de $LIBRA y su vínculo con Javier Milei

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La figura de “Julian Peh” —presunto CEO cripto vinculado al lanzamiento de $LIBRA y a una reunión con Javier Milei— resulta inexistente según Interpol y Migraciones. Pero, lejos de disiparse, su sombra crece entre estafas millonarias, contratos dudosos, y la complicidad silenciosa de funcionarios. ¿Qué tan profundo llega este enredo?

Pongámoslo sin medias tintas: Javier Milei se fotografía con un tipo que no existe. “Julian Peh” no figura en ningún registro oficial de Singapur, según Interpol, ni tiene huella migratoria en la Argentina. Lo confirmaron a rajatabla: “Basándonos en la información provista, no surgen registros de ‘Julian Peh’ en Singapur”, dijo el organismo al fiscal Taiano. Lo curioso del caso es que a pesar de semejante anomalía, esa misma persona aparece nombrada como “solicitante” de una reunión protocolar en los registros oficiales, junto a Milei, Novelli y Terrones Godoy, donde supuestamente debatieron sobre cómo la tecnología descentralizada de IA de su empresa KIP podía “respaldar a la Argentina”.

La ironía punza: ¿cómo alguien sin identidad puede asistir a un Tech Forum organizado por “criptobros”? ¿Y qué decir de la narrativa donde ese fantasma dice “Siento que soy la banda soporte de Messi, que viene después”? Es como si estuviéramos viendo una obra de teatro tragicómica: un personaje sin pasado ni país habla de futuro mientras todos fingen que no hay contradicción.

Y la cosa se complica porque, según excusa pública, fue “el CEO cripto que participó del proyecto ‘Viva la Libertad’ asociado al lanzamiento de $LIBRA”. Solo que el supuesto lanzamiento se hizo trizas: los inversores perdieron millonadas mientras el token colapsaba. Entonces apareció una versión narrativa inmediata en redes: un posteo de KIP Protocol días después, fingiendo que todo marchaba viento en popa, agradeciendo la confianza y desvinculando a Milei: “es absolutamente privado”, dijo el comunicado, como queriendo despegarse del naufragio. Y justo a la misma hora, Milei publicaba un tuit diciendo que “no estaba interiorizado de los pormenores del proyecto”. ¿Una casualidad o pantalla construida?

Como si no bastara, el supuesto Peh, desde su cuenta “@julian_kip”, en marzo último deslizó que simplemente había sido contratado para cubrir a otros bajo apariencia de proyecto: “Es claro que Kip no organizó ni inició el lanzamiento de Libra en absoluto”. Esto deja flotando la sospecha: ¿quiénes realmente operaban desde atrás? ¿Qué papel jugó Novelli, a quien atribuyó los posts iniciales? Se lo ve colgado de una foto con Milei y adjudicándose acuerdos que hoy huelen a espejismo.

Mientras tanto, en la causa judicial a cargo del fiscal Taiano y la jueza Servini, Peh figura como imputado junto a Milei, su hermana Karina y otros vinculados al Tech Forum. Pero más que una imputación, parece una aparición de ficción. Nadie lo encuentra, nadie sabe quién es, pero está ahí. En los Estados Unidos, la historia repite: demandado en una causa civil, nadie se presentó por él. Abogados de damnificados lo incluyen como índice de sospechas y mencionan chats filtrados donde Davis afirma que enviaba plata a la hermana de Milei “para que el Presidente hiciera todo lo que él pedía”. Magistrada Rochon rechazó frenar la ampliación de la demanda. ¿Qué hay detrás de tanto silencio? La audiencia se espera para el 19 de agosto.

Y Davis, el creador del token, viajó por Argentina en noviembre de 2024 en un jet privado de entre 14 y 20 millones de dólares el alquiler (400.000 dólares dicen que costó). Visitó Vaca Muerta, Salta, Tierra del Fuego, Catamarca. ¿Quién pagó esa gira? Eso no está claro. Se reunió en la Casa Rosada, recorrió oficinas en Belgrano y Palermo, y hubo un aparente acuerdo en el Four Seasons. Todo en clave de “tokenizar la economía”, como si fuera la varita mágica de una nueva era digital, mientras el token se desplomaba.

Esta crónica es, esencialmente, una radiografía del absurdo: un personaje sin identidad concreta, un respaldo presidencial que se desvanece en tuit, un proyecto que promete financiamiento a pymes y termina siendo un agujero para inversores. Rodeado de tecnócratas, criptobros y empresarios fantasmas, el gobierno de Milei parece jugar con fuego—o con humo—sin medir las consecuencias.

La incertidumbre anda suelta en todos los pasillos judiciales. Queda mucho por dilucidar: ¿quién o qué encarnaba realmente “Julian Peh”? ¿Fue una tapadera? ¿Qué circulación tuvo su falso nombre, “Bai Qihao”, en foros cripto desde febrero? El fiscal ahora deberá doblegar esfuerzos, hurgar en los rastros, pero la verdad podría haber escapado hace rato. El caso $LIBRA es como un espejismo: lo ves, lo tocas, pero cuando tratas de atraparlo, se desvanece. Y en medio, el gobierno mira para otro lado, o peor aún, se deja llevar por la ilusión.

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