En una nueva avanzada contra los derechos laborales, las cámaras empresarias del sector tangonero-langostinero intentan imponer un ajuste brutal del 30% en los salarios de los trabajadores marítimos. La propuesta, presentada en una audiencia oficial en la Secretaría de Trabajo, fue rechazada de manera unánime por los gremios del sector, que denuncian una maniobra extorsiva en medio de un lockout patronal.
La audiencia, realizada el pasado 29 de mayo en el Ministerio de Capital Humano, puso sobre la mesa un intento empresarial por reducir no solo los salarios fijos, sino también el sistema de pago por producción. La respuesta sindical no tardó en llegar: un rechazo absoluto, sin matices.
Los representantes del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), el Sindicato Marítimo de Pescadores (SIMAPE) y otros gremios con representación en el sector participaron formalmente de la instancia y dejaron en claro que no se avalará ningún acuerdo que implique pérdida de derechos. “No se negocia a la baja”, fue el mensaje contundente.
Además, se exigió la inclusión del resto de los gremios marítimos en las próximas discusiones, entre ellos los que representan a maquinistas, conductores navales, capitanes y patrones. Todos ellos se verían afectados por una medida que, lejos de ser un ajuste consensuado, fue presentada de forma unilateral por las patronales.
Pero el escenario es aún más grave. Las empresas, según denunciaron los sindicatos, se niegan a sacar los barcos a navegar a menos que los trabajadores acepten firmar contratos individuales con los recortes propuestos. Una práctica que los gremios califican como una forma de extorsión lisa y llana, ya formalmente denunciada ante las autoridades.
Desde las organizaciones sindicales remarcan que este tipo de presiones no solo deterioran las condiciones laborales, sino que también amenazan con profundizar la conflictividad en un sector estratégico para la economía del país. “No vamos a permitir que se utilice la necesidad de los trabajadores como herramienta de negociación”, señalaron.
En un contexto nacional marcado por la pérdida de poder adquisitivo, la inflación y el avance de políticas de ajuste, el intento de las patronales marítimas aparece como parte de una ofensiva más amplia contra los derechos laborales conquistados. Los gremios, por su parte, aseguran que seguirán firmes en la defensa del salario y la dignidad de quienes trabajan en condiciones duras y muchas veces riesgosas en alta mar.
“La unidad es nuestra fuerza”, concluyeron desde los sindicatos. Y en esta pulseada, no están dispuestos a ceder ni un centímetro.
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