Petroquímica Río Tercero: 300 despidos, fábrica paralizada y un conflicto que no encuentra salida

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El sindicato denuncia irregularidades, falta de respuestas por parte de la empresa y un inminente cierre. Los trabajadores decidieron no abandonar los puestos hasta que se garantice una solución.

La planta cordobesa Petroquímica Río Tercero enfrenta su momento más crítico tras un año de despidos masivos y parálisis total de la producción. Lucas Felici, del gremio químico-petroquímico, advierte que el conflicto escala sin que la empresa dé señales de negociación, ni pague indemnizaciones. El fantasma del cierre definitivo se cierne sobre los 125 empleados restantes.

El panorama en Petroquímica Río Tercero, ubicada en la provincia de Córdoba, es cada vez más sombrío. Con más de 300 despidos en el último año, una planta completamente paralizada desde julio y la empresa sin ofrecer soluciones concretas, los trabajadores decidieron mantenerse en sus puestos, en una medida desesperada ante la falta de respuestas.

“La empresa no presentó ninguna propuesta. Solo apareció un abogado sin nada que decir. La fábrica está parada. Tomamos la decisión de no abandonar los puestos de trabajo porque tampoco han pagado las indemnizaciones”, denunció Lucas Felici, secretario gremial del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Río Tercero, en diálogo con AM 750.

Felici explicó que el conflicto se agrava con el correr de los días. Este martes vence la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo, pero la empresa no ha dado ninguna respuesta formal. La incertidumbre crece entre los 125 empleados restantes, quienes ya fueron dispensados y se enfrentan a la posibilidad de quedar definitivamente fuera del sistema productivo.



“Con la cantidad de personal dispensado no pueden poner en funcionamiento la planta. Estamos en la antesala de un cierre”, advirtió Felici. A esto se suma la convocatoria de acreedores que la empresa presentó apenas días después de los últimos despidos, pero que aún no fue aceptada oficialmente, lo que genera sospechas sobre maniobras irregulares para dilatar pagos o eludir responsabilidades.

El conflicto se arrastra desde octubre de 2024, cuando se produjo una primera ola de 140 despidos. Aunque hubo un intento de contención con la reincorporación de unos 30 trabajadores, ese episodio marcó el cierre definitivo de la producción de TDI, un insumo fundamental para la industria del colchón. La planta, cabe destacar, pertenece al grupo Piero, reconocido por ser uno de los principales fabricantes de colchones del país.

En julio de 2025, la situación se agravó con otra tanda de 124 despidos, a la que se sumaron 80 trabajadores de mantenimiento afiliados a la UOCRA, quienes también fueron cesanteados. Con este panorama, dos tercios del personal original ya fueron desvinculados, y la producción se encuentra completamente detenida.

El gremio insiste en que la empresa está actuando con irresponsabilidad y falta total de compromiso: “No hay interlocución real. No hay propuesta. No hay pagos. Y la gente está desesperada. Lo único que quieren es que se les reconozca lo que les corresponde”, expresó Felici.

La planta de Río Tercero, que alguna vez fue un eje clave para la economía local, se encuentra hoy en una situación límite. El miedo al cierre definitivo se mezcla con la angustia por la falta de ingresos y la incertidumbre total sobre el futuro.

Este nuevo capítulo de despidos masivos en la industria nacional se suma a una larga lista de conflictos laborales que vienen aumentando en un contexto económico recesivo, ajuste fiscal y pérdida acelerada de puestos de trabajo. La situación de la petroquímica cordobesa es un síntoma más de un modelo que expulsa, precariza y deja a cientos de familias a la deriva.

Fuente:

  • https://www.pagina12.com.ar/847087-mas-de-300-despidos-en-una-petroquimica-es-cada-vez-mas-comp

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