El cierre de listas en la provincia de Buenos Aires detonó una feroz interna entre La Libertad Avanza y su militancia. Karina Milei, que hasta ahora se movía como dueña de la lapicera, lanzó una furiosa ofensiva contra los que, desde adentro, cuestionan su forma de ejercer el poder. La armonía libertaria es un espejismo que se desvanece con rapidez. Con Karina Milei al mando de la maquinaria electoral, las listas para las elecciones bonaerenses se definieron entre gritos, acusaciones cruzadas y una creciente rebelión interna que desnuda la falta de estructura política real del oficialismo.
Karina Milei explotó. La arquitecta silenciosa del ascenso libertario, la mujer que muchos llaman “El Jefe”, perdió la compostura tras el cierre de listas en la provincia de Buenos Aires y arremetió con furia contra la militancia de Las Fuerzas del Cielo. Lo que parecía una anécdota menor en el engranaje electoral se transformó en una muestra brutal de la implosión que empieza a carcomer desde adentro al experimento político que llevó a Javier Milei a la presidencia.
«¡¿Quién carajo son Las Fuerzas del Cielo?!», bramó Karina durante una reunión a puertas cerradas, lanzando sobre la mesa un desprecio que hasta ahora se reservaba para los enemigos del “modelo”. Su ira se desató contra los mismos militantes que, durante años, hicieron campaña desde el barro de las redes sociales, organizaron actividades en plazas, sostuvieron los stands libertarios con el torso al sol y caminaron sin recursos en nombre de una causa que prometía romper con “la casta”. Hoy, para Karina, no son más que un estorbo.
La gota que colmó el vaso fue la filtración del armado bonaerense. En particular, la aparición de una lista “alternativa” en la Primera Sección Electoral, encabezada por un joven empresario con aspiraciones, Federico Tessore, a quien los libertarios tradicionales desconocen por completo. “No sabemos de dónde salió. No es parte del espacio, no lo votamos, no lo conocemos”, denuncian desde adentro, mientras el propio Tessore asegura tener el aval del mismísimo presidente.
El episodio revela mucho más que una disputa circunstancial por una candidatura. Deja al desnudo la fragilidad orgánica de La Libertad Avanza, su verticalismo extremo, la opacidad en la toma de decisiones y la creciente desconfianza entre la base militante y la cúpula dirigencial. La figura de Karina Milei, que hasta ahora se mantenía incuestionable, empieza a generar rechazo incluso entre quienes, hasta ayer, le juraban lealtad incondicional.
No es casual que la fractura se haya hecho más visible en la provincia de Buenos Aires, un territorio clave que Javier Milei nunca logró conquistar con contundencia, pese al voto bronca que lo catapultó a la presidencia. Allí, la falta de un aparato territorial sólido es compensada con imposiciones digitales, listas armadas por WhatsApp, y candidatos que aparecen de la nada, bendecidos por el dedo presidencial o por algún empresario amigo.
Karina, que hasta ahora se mostraba como una figura hermética, que lo veía todo y decidía en las sombras, bajó al barro. Y lo hizo sin filtros. No solo desautorizó públicamente a los referentes de Las Fuerzas del Cielo, sino que los acusó de creerse “dueños del proyecto” y de haber “traicionado” al Presidente. Un sincericidio que dejó a la militancia perpleja, indignada y, sobre todo, profundamente desilusionada.
Porque la decepción no viene solo del destrato. Viene también de la certeza de que la mística que alguna vez los unió está siendo devorada por una lógica de negocios, amiguismos y encierro sectario. “No hay democracia interna, no hay diálogo, no hay construcción colectiva. Solo una familia que decide todo”, repiten varios exmilitantes que se bajaron del tren.
Incluso dentro del espacio, figuras con peso específico empiezan a mirar con recelo el rol de Karina. Algunos, como el armador Sebastián Pareja, debieron salir a apagar el incendio, tratando de explicar lo inexplicable: listas que se presentan sin consenso, desconocimiento absoluto de candidatos que se autoproclaman “libertarios”, y un desorden generalizado que huele más a improvisación que a renovación.
Pero lo cierto es que nada de esto sorprende. Desde su nacimiento, La Libertad Avanza fue un armado electoral sustentado más en la figura mesiánica de Milei que en una estructura política real. Su campaña fue un fenómeno de redes, no de territorio. Y ahora, en el ejercicio del poder, esa debilidad comienza a pasar factura.
Karina, en lugar de articular soluciones o convocar al diálogo interno, eligió el camino de la confrontación. Respondió a las críticas con desprecio, cerró aún más el círculo de decisiones y dejó en claro que no está dispuesta a compartir el poder ni siquiera con quienes pusieron el cuerpo para llegar. El proyecto libertario, que se vendía como una cruzada contra la casta, hoy reproduce sus peores prácticas: dedo, rosca, falta de transparencia, y una conducción que no admite disidencias.
Lo que arde en la provincia de Buenos Aires es mucho más que una interna. Es el síntoma inequívoco de una crisis de identidad política. La Libertad Avanza no sabe si quiere ser un partido, un club de fans o una empresa familiar. Y mientras lo define, quienes alguna vez creyeron en el sueño libertario empiezan a alejarse, hastiados de un verticalismo asfixiante y de una conducción que, lejos de liberar, controla con puño de hierro.
Mientras tanto, el gobierno de Javier Milei se hunde en la ineficiencia y el descontento social crece. La interna libertaria no hace más que amplificar las tensiones en una administración que no logra dar respuesta a los problemas reales del país. En ese contexto, la bronca de Karina no es un gesto de fortaleza, sino una señal de debilidad. Una expresión de que el “modelo” no tiene sustento político real, más allá de los gritos y las cadenas de WhatsApp.
El desenlace es incierto. Pero algo está claro: la militancia no olvida. Y las traiciones internas, cuando se pagan, duelen más que las externas.
Fuente:
https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/karina-milei-fuerzas-del-cielo/ – https://www.pagina12.com.ar/844132-arde-la-interna-libertaria-tras-el-cierre-de-listas-en-provi
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