La crisis económica que atraviesa la Argentina no solo se siente en las góndolas del supermercado o en los bolsillos cada vez más vacíos de los trabajadores. Ahora también comienza a dejar su marca en uno de los sectores más dinámicos y prestigiosos de la ciudad de Buenos Aires: la gastronomía de alta gama. Esta semana se confirmó el cierre de Franca y Sál, dos de los 56 restaurantes porteños recomendados por la Guía Michelin.
El dato no es anecdótico: es una señal de alarma sobre el colapso que atraviesa una industria que hasta hace poco era símbolo de sofisticación, creatividad y prestigio internacional.
Julio Báez, reconocido chef que impulsó Franca tras el éxito de Julia, anunció que su restaurante servirá por última vez este sábado. Por su parte, Sál, del chef Nicolás Díaz Martini, ya bajó la persiana a fines de mayo. Ambos establecimientos lograron posicionarse como referentes de la nueva cocina porteña, pero ni su calidad ni su reputación fueron suficientes para sobrevivir a la tormenta.
> “Este cierre es el resultado de una realidad económica que nos toca profundamente y ya no podemos sostener”, publicaron desde Franca en sus redes sociales.
La caída del turismo, la disparada de precios, la pérdida del poder adquisitivo y la falta de previsibilidad son parte de una ecuación que simplemente ya no cierra. Así lo resume un empresario gastronómico con casi dos décadas en el rubro:
> “Es una ecuación que no le cierra a nadie. Al cliente porque le resulta caro. Al personal porque no le alcanza el sueldo. Y a los dueños porque no nos cierran los costos”.
En una ciudad que supo posicionarse como polo gastronómico latinoamericano, donde incluso el lujo de salir a cenar en restaurantes de autor competía en precios con otras capitales globales, hoy la competencia ya no es entre locales sino contra necesidades básicas.
> “La gente tiene que elegir entre ir a cenar o comprarse un par de zapatillas. O ir al teatro. Eso te obliga a ser recontra prolijo con los números, pero igual, si se te rompe un horno o la heladera, es un desbarajuste”, graficó otro chef consultado por La Política Online.
El panorama que describen los protagonistas del sector es desolador. Mientras los locales de élite como Don Julio o Aramburu resisten por su fuerte clientela internacional y su posicionamiento global, el resto de los restaurantes gourmet —que no necesariamente tienen precios más bajos, pero sí márgenes más ajustados— comienzan a caer como fichas de dominó.
El cierre de Franca y Sál no solo es un golpe a la gastronomía de autor, sino también al empleo. Estos lugares generan trabajo calificado, promueven la industria de proveedores y posicionan a la ciudad en los circuitos turísticos internacionales. La crisis actual, sin horizonte claro, no solo se devora negocios: está licuando los sueños de cientos de jóvenes cocineros, mozos, sommeliers y emprendedores que apostaron por un modelo de excelencia en medio de una economía que no da tregua.
> “En la gastronomía la caída es rápida y aguantar es muy difícil. Todo va a una velocidad imposible de frenar. La crisis del campo en 2008 y 2009 fue difícil, pero pasó rápido. El último año de Macri fue muy malo, pero sabías que se iba y venía alguien nuevo. Acá no se entiende qué puede pasar”, resume otro gastronómico con resignación.
El mensaje es claro: incluso los proyectos más premiados no están a salvo. La Guía Michelin puede seguir otorgando distinciones, pero ni las estrellas ni los elogios pueden blindar a un restaurante del descalabro económico. Si ni siquiera los mejores logran mantenerse en pie, ¿qué esperanza le queda al resto?
En una Argentina donde la recesión no discrimina y donde el futuro inmediato se percibe como un abismo sin fondo, la caída de Franca y Sál es una postal amarga de un país que sigue perdiendo lo que una vez supo construir con talento, esfuerzo y visión.
Y mientras algunos patentan Ferraris, otros apenas pueden sostener una cocina encendida.
Fuente:
- https://www.lapoliticaonline.com/politica/cierran-dos-recomendados-de-la-guia-michelin-y-advierten-no-se-puede-ver-en-donde-termina-esta-crisis/
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