La vicepresidenta comparó la condena de Bolsonaro con fenómenos regionales y dejó entrever riesgos que el presidente argentino ignora. Entre silencios y gestos, Villarruel muestra preocupación por la fragilidad institucional y la falta de controles en un gobierno que avanza sin freno sobre la sociedad y la política.
La condena a 27 años de prisión de Jair Bolsonaro encendió las alarmas en toda América Latina y no tardó en provocar reacciones en la política argentina. Victoria Villarruel no se quedó callada: “Resulta inquietante que en América los presidentes elegidos democráticamente terminen presos”, escribió en sus redes. Una frase que, aunque sutil, dispara señales directas: un ojo puesto en la región, otro sobre un gobierno local que avanza con medidas polémicas sin medir consecuencias.
La vicepresidenta, relegada y con una relación tensa con Javier Milei, demuestra que no está dispuesta a mirar para otro lado. Su comentario no es casual: Bolsonaro fue condenado por intentar perpetuarse en el poder, con apoyo de sectores del Ejército y de inteligencia. La justicia brasileña dejó claro que nadie está por encima de la ley. Mientras tanto, en Argentina, Milei actúa con un estilo similar al del líder ultraderechista, aunque sin enfrentar contrapesos reales: vetos, recortes y decisiones polémicas se suceden mientras la sociedad observa con creciente preocupación.
Pero Villarruel no se limita a opinar desde la tribuna digital. En su agenda reciente, recibió cartas con reclamos por despidos en fábricas y denuncias de parálisis industrial, derivadas de leyes impulsadas por el propio gobierno. Su respuesta, de buscar soluciones, deja en evidencia la desconexión entre la política de Milei y la realidad del país: un presidente que decide desde el escritorio, mientras la economía y el empleo se desmoronan.
La historia de expresidentes condenados en la región —Fujimori, Uribe, Correa— es un recordatorio brutal de que la democracia es frágil y que el abuso de poder tiene consecuencias. El mensaje de Villarruel, entre advertencia y crítica, desnuda un patrón: la concentración de poder, el desprecio por los límites institucionales y la falta de controles pueden convertir cualquier gobierno en un riesgo para la sociedad.
Argentina, en este escenario, se encuentra en la cuerda floja. El Ejecutivo sigue avanzando con su agenda, ignorando las señales de alerta. Villarruel deja entrever que, si no se toman medidas, el país podría estar caminando hacia un futuro donde la democracia sea vulnerable y las instituciones meras figuritas decorativas. Su advertencia no es alarmismo gratuito: es la constatación de un peligro tangible, mientras Milei parece jugar con fuego y mirar hacia otro lado.
Fuente:
.https://www.lanacion.com.ar/politica/el-sugestivo-mensaje-de-villarruel-despues-de-la-condena-a-bolsonaro-en-el-que-planteo-un-fenomeno-nid11092025/





















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