Patricia Bullrich protagonizó un bochorno en vivo durante una entrevista en A24, donde intentó defender la denuncia de su ministerio contra periodistas, acusados de formar parte de un supuesto complot junto a espías rusos. La ministra de Seguridad negó que hubiera pedido allanamientos a figuras como Jorge Rial, Mauro Federico, Franco Bindi y Pablo Toviggino. Sin embargo, en pleno programa, el conductor Pablo Rossi pidió que se leyera el texto oficial de la denuncia, en el que aparece un apartado explícitamente titulado “Allanamientos”, que deja en evidencia a Bullrich.
La funcionaria intentó minimizar el hecho, pero el papelón quedó sellado: la denuncia no solo apunta contra periodistas, sino que también exige a la Justicia allanar sus domicilios y los acusa de participar en una trama para “derrocar al gobierno”.
Bullrich, además, tuvo un tropiezo verbal cuando fue consultada sobre su cercanía con la familia Menem. Ante la pregunta de si “ponía las manos en el fuego por ellos”, respondió con un fallido: “No hay ninguna expresión que me guste Menem… menos que esa”, y debió corregirse de inmediato.
Otro momento llamativo ocurrió cuando la ministra rompió en llanto al hablar de Santiago Maldonado, el joven hallado muerto tras un operativo de Gendarmería en Chubut en 2017, durante su anterior gestión en Seguridad. “Nadie sabe lo que pasé esos 80 días, todos los días mi hijo me llamaba porque veía el noticiero”, dijo entre lágrimas.
La exposición televisiva de Bullrich se suma a una estrategia recurrente del gobierno de Javier Milei: ministros acorralados por denuncias públicas que terminan llorando en cámara. La semana pasada, el ministro de Salud, Mario Lugones, había tenido una escena similar al ser consultado por las más de cien muertes ocasionadas por fentanilo contaminado.
La ministra buscó defenderse de las acusaciones de censura a la prensa, pero terminó confirmando lo que había negado: su propio escrito judicial pide allanamientos contra periodistas. Un nuevo episodio que exhibe la torpeza del gobierno en plena crisis política.
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