Milei liquida Ceatsa: Argentina pierde su único centro de ensayos satelitales

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El Centro de Ensayos de Alta Tecnología SA (Ceatsa), la empresa creada por Invap y Arsat para testear satélites en Bariloche, ingresó en proceso de liquidación. La decisión implica la pérdida de una infraestructura única en América Latina, financiada con 40 millones de dólares, que fue clave para los proyectos espaciales argentinos.

El vaciamiento de la ciencia y la tecnología argentina suma un nuevo capítulo. El Gobierno nacional, a través de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas —el organismo creado para privatizar y liquidar compañías estatales— decidió avanzar con el cierre del Centro de Ensayos de Alta Tecnología SA (Ceatsa), un laboratorio instalado en Bariloche que había sido concebido como pieza estratégica para la soberanía espacial del país.

En su propia página web, Ceatsa informó que “ha dejado de prestar servicios” porque ingresó en fase de liquidación. Se trata de un golpe directo a la capacidad nacional de desarrollar satélites y tecnologías de avanzada, un campo en el que Argentina supo destacarse a nivel internacional gracias al impulso de Invap y Arsat.



Un proyecto estratégico convertido en chatarra administrativa

La historia de Ceatsa se remonta a 2010, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando se decidió invertir 40 millones de dólares en la construcción del complejo. El objetivo era claro: dejar de depender de instalaciones extranjeras para testear satélites nacionales. Hasta ese momento, los prototipos fabricados por Invap debían ser enviados a Brasil, con costos millonarios y una logística riesgosa.

En sus instalaciones se ensayaron satélites de gran relevancia como el Arsat-1, Arsat-2, los dos Saocom y el Sabiamar, sometiéndolos a condiciones extremas de vibración, ruido, vacío y temperatura que simulan tanto el despegue como la vida útil en el espacio.

El complejo, ubicado dentro del predio de Invap en Bariloche, cuenta con una cámara de termovacío, un “shaker” para pruebas de vibración, equipos de sonido que alcanzan los 141 decibeles y una cámara anecoica, donde se evalúa la compatibilidad electromagnética de los componentes. Un patrimonio científico y tecnológico de altísimo valor que hoy corre riesgo de quedar abandonado o privatizado.



El vaciamiento planificado

Desde el Gobierno se intenta justificar la liquidación con eufemismos como “optimización administrativa” o “reordenamiento de procesos”. Pero lo cierto es que tanto Ceatsa como Arsat fueron colocadas bajo la órbita de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, un organismo cuya función es, lisa y llanamente, desguazar el patrimonio estatal para abrir paso a los negocios privados.

“Actualmente hay un convenio para alquilar las instalaciones a terceros”, admitieron desde Invap, evidenciando que el plan oficial no contempla el desarrollo propio sino la conversión de un centro estratégico en un simple negocio inmobiliario.



Soberanía perdida

La decisión de liquidar Ceatsa tiene consecuencias graves. No sólo implica la pérdida de independencia tecnológica, sino que también condiciona cualquier futuro proyecto satelital argentino, al obligar nuevamente a depender del exterior para realizar ensayos que podrían hacerse en Bariloche.

El laboratorio, que en su concepción también había sido pensado para aplicaciones industriales (como telecomunicaciones y automotriz), hoy es desmantelado por decisión política. En lugar de potenciarlo como motor de innovación, el Gobierno lo abandona en nombre de la “eficiencia”.



Un futuro incierto

El cierre de Ceatsa se suma a una serie de medidas que golpean a la ciencia argentina: recortes en el Conicet, desfinanciamiento universitario y paralización de proyectos tecnológicos. Todo esto ocurre en un contexto en el que países como Brasil, India o Turquía avanzan en la construcción de soberanía espacial, mientras Argentina retrocede a pasos acelerados.

Lo que se está liquidando no es sólo una empresa: es el resultado de décadas de inversión pública, conocimiento acumulado y trabajo de cientos de científicos y técnicos. El vaciamiento de Ceatsa es, en definitiva, un acto de claudicación tecnológica y política, que pone en riesgo el futuro del país en áreas estratégicas como la defensa, las telecomunicaciones y la investigación científica.

Fuente:

  • https://www.rionegro.com.ar/politica/nacion-liquida-la-empresa-que-hace-ensayos-de-satelites-en-bariloche/?amp=1

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