$Libra: Pedidos de detención para los socios de Milei tras maniobras financieras sospechosas

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Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, piezas centrales en la trama de $Libra, enfrentan pedidos de detención tras maniobras destinadas a ocultar más de medio millón de dólares. La Justicia avanza, y las sombras sobre el presidente Javier Milei se hacen cada vez más densas.

En Comodoro Py la temperatura política y judicial sube como mercurio en verano. Los dos socios de Javier Milei en la cuestionada aventura del token $Libra, Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, pisan terreno cada vez más frágil. No se trata ya de rumores, ni de especulaciones mediáticas: una de las querellas prepara el pedido de detención contra ambos, mientras el fiscal Eduardo Taiano avanza sobre pruebas documentales que destapan un entramado financiero plagado de maniobras sospechosas.

El relato es tan grotesco como sintomático del país que Milei dice querer refundar. Novelli, lejos de dar la cara, recurrió a su madre y a su hermana para vaciar una caja de seguridad. La escena, registrada por las cámaras de un banco de zona norte, muestra a dos mujeres que entraron con bolsos vacíos y salieron con ellos repletos. El detalle es clave porque coincide con el desvío de más de medio millón de dólares de una cuenta multisig, apenas días antes de que la jueza María Servini ordenara congelarla. En otras palabras: mientras la Justicia se movía para preservar los fondos, ellos se adelantaron con precisión quirúrgica y drenaron el dinero.

El circuito que se reconstruye gracias a informes de Binance y de la Secretaría para la Investigación Financiera revela 14 movimientos entre diciembre de 2024 y febrero de 2025. Allí aparecen transferencias significativas de 35 mil, 180 mil y 695.990 USDT, esta última fechada el 4 de febrero. Un detalle escalofriante: pocos días después, Milei publicaba en redes sociales su entusiasta respaldo al contrato del token, que llegó a cotizar casi cinco dólares antes de desplomarse estrepitosamente. ¿Coincidencia o sincronización? La pregunta se impone sola.

Lo que salta a la vista es la planificación deliberada. No se trató de torpeza ni de improvisación. Las operaciones muestran coordinación, cálculo y la clara intención de esquivar a la Justicia. Y si de planificación hablamos, resulta imposible pasar por alto la simultaneidad de posteos en la red X el 15 de febrero: a la misma hora exacta, Milei y el empresario singapurense Julian Peh —o mejor dicho Peh Chyi Hao, su verdadero nombre— lanzaban mensajes exculpatorios. El presidente buscaba despegarse de un emprendimiento al que, según él, “no estaba vinculado”, mientras Peh se encargaba de remarcar que el proyecto era “absolutamente privado”. Un guion compartido que deja la sensación de que alguien quiso blindar la figura presidencial con un operativo de prensa digital sincronizado al segundo.

La trama no termina ahí. La Justicia también espera datos de cinco exchanges internacionales, entre ellos Bybit, Bitget, Binance, OKX y Kucoin. En juego están seis cuentas y al menos 19 operaciones bajo sospecha, que podrían abrir la puerta a más nombres involucrados, desde el creador del token Hayden Mark Davis hasta posibles funcionarios públicos. Una fuente del expediente lo resumió con crudeza: “Esto tiene mucho peso porque es prueba que no se puede discutir”.

El telón de fondo es político y no puede ignorarse. Milei se subió entusiasmado al escenario del Tech Forum junto a estos mismos empresarios, presentados como gurúes de la innovación tecnológica. Allí también estaba Peh, el supuesto visionario que fascinó al Presidente. Hoy, ese entusiasmo se traduce en un escándalo financiero que deja al gobierno expuesto a la peor de las sospechas: el uso de estructuras cripto para canalizar fondos de origen dudoso, posiblemente destinados a pagos ilegales.

El oficialismo repite hasta el cansancio que el Presidente no tiene ninguna relación con $Libra. Pero el relato choca con la contundencia de los hechos: fotos, videos, transferencias, registros bancarios y hasta la coincidencia milimétrica de posteos. El discurso de la “no vinculación” se estrella contra la realidad. Y cuando los protagonistas del escándalo son personas que formaron parte del círculo íntimo que rodea a Milei, el blindaje se vuelve insostenible.

Novelli y Terrones Godoy quedaron atrapados en su propia telaraña. Hoy enfrentan la inminencia de la detención, un escenario que los pone contra la pared y amenaza con arrastrar al propio Presidente a una crisis de credibilidad sin precedentes. La justicia aún no dictó sentencia, es cierto, pero el cúmulo de pruebas deja en claro que no se trata de meras sospechas: hay maniobras registradas, movimientos financieros comprobados y un modus operandi que grita a los cuatro vientos la intención de ocultar.

La defensa del gobierno se sostiene en un relato endeble, casi infantil. Milei asegura que sólo apoyó un emprendimiento privado, como quien comparte sin mirar un flyer en las redes sociales. Pero ese argumento resulta tan insostenible como absurdo en un mandatario que se ufana de leer cada contrato al detalle y que, en plena crisis económica, no duda en pronunciarse con pasión sobre el futuro del dinero. Pretender que no sabía en qué estaba metiendo su imagen pública es subestimar la inteligencia de toda la sociedad.

Lo más inquietante es que este escándalo no sólo desnuda la torpeza de los socios del Presidente, sino también la fragilidad del propio Milei. El libertario que se presentó como adalid de la transparencia y enemigo de la casta aparece hoy cercado por las sombras de una criptoestafa. Y no hace falta exagerar: basta con observar cómo sus aliados de confianza corrieron a vaciar cajas de seguridad mientras la Justicia ajustaba el cerco. Esa imagen, más que cualquier discurso, sintetiza la Argentina que Milei intenta moldear: un país donde el mercado manda, pero el dinero sucio siempre encuentra la manera de fugarse.

La semana que viene será decisiva. La querella del damnificado Martín Romeo presentará formalmente el pedido de detención contra Novelli y Terrones Godoy. Será el inicio de un capítulo judicial que, inevitablemente, seguirá sacudiendo los cimientos del gobierno. Porque cuando el círculo íntimo se desmorona, el blindaje político ya no alcanza.

La pregunta que queda flotando es brutal: ¿puede un presidente que se rodea de socios acusados de estafa financiera pretender gobernar con autoridad moral? La respuesta parece evidente. La credibilidad, una vez manchada, no se compra ni con criptoactivos ni con posteos sincronizados.

Fuente: https://www.tiempoar.com.ar/informacion-general/se-complica-cada-vez-mas-la-situacion-de-los-socios-de-milei-en-la-creacion-de-libra/

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