$Libra: El fallo de la justicia norteamericana señaló que Javier Milei y su hermana podrían ser los verdaderos beneficiarios de los millones generados por el mega fraude

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Una jueza del Distrito Sur de Nueva York vinculó al presidente argentino Javier Milei, a su hermana Karina y al empresario estadounidense Hayden Davis con la presunta estafa de la criptomoneda falsa $LIBRA. Según el fallo judicial, los tres podrían ser los verdaderos beneficiarios de los millones de dólares generados por el fraude, que dejó un tendal de inversores estafados en varios países. La investigación se centra en determinar el destino de fondos por al menos 280 millones de dólares congelados por la justicia norteamericana, luego de que se descubriera que el dinero no pertenecía al Estado argentino, sino a personas físicas que operaron detrás de la fachada del token.

El fallo, emitido por la jueza federal Jennifer Rochon del tribunal del Distrito Sur de Nueva York, negó la solicitud de fondos internacionales que pretendían embargar activos argentinos, al considerar que no existían pruebas suficientes para demostrar que la República Argentina fuera la titular de esos activos. Sin embargo, en el mismo dictamen, Rochon deslizó que las pruebas sí apuntaban a la existencia de beneficiarios privados, mencionando explícitamente a Javier y Karina Milei junto a Hayden Davis, el creador de la criptomoneda. De confirmarse, la maniobra involucraría un complejo esquema de lavado de dinero y fraude financiero internacional con epicentro en Estados Unidos pero ramificaciones políticas directas en Buenos Aires.

La moneda virtual $LIBRA fue presentada a comienzos de 2025 como una supuesta innovación financiera vinculada a la “nueva era libertaria” argentina. En su lanzamiento, el propio Milei difundió en redes sociales un mensaje que los investigadores consideran clave: una publicación de apoyo al proyecto, con un enlace que derivaba a la compra del token. Esa publicación, según las denuncias, habría dado credibilidad a la iniciativa, permitiendo que miles de personas invirtieran en una criptomoneda sin respaldo, cuyo valor se desplomó apenas semanas después. Karina Milei, actual secretaria general de la Presidencia, fue señalada por los demandantes como una posible facilitadora del acceso de Davis al entorno presidencial, y habría participado de reuniones previas en Buenos Aires donde se delinearon los detalles de la operación.

El empresario Hayden Davis, por su parte, reconoció en documentos judiciales que $LIBRA “no era más que una meme-coin”, es decir, una criptomoneda especulativa sin sustento en activos reales. Su declaración refuerza la hipótesis de que el proyecto fue concebido como una maniobra de manipulación del mercado cripto, utilizando la imagen del presidente argentino para otorgar legitimidad política a una estafa financiera. Los investigadores sostienen que buena parte de los fondos recolectados se desviaron a cuentas vinculadas con sociedades offshore y billeteras digitales registradas a nombre de terceros.

Para el gobierno de Javier Milei, la causa representa un golpe de enorme magnitud. El mandatario, que basó su discurso en la transparencia, la libertad de mercado y el rechazo al “Estado ladrón”, enfrenta ahora una acusación internacional que lo coloca del otro lado de su propio relato. En apenas un año, la administración libertaria pasó de prometer un modelo de capitalismo virtuoso a quedar envuelta en uno de los mayores escándalos financieros de la región. Los analistas advierten que la investigación en Estados Unidos puede derivar en un pedido formal de cooperación judicial hacia la Argentina, con implicancias institucionales imprevisibles.

El caso $LIBRA también desnuda las tensiones internas del oficialismo. Algunos sectores cercanos a Milei intentan despegar al presidente, argumentando que su apoyo al proyecto fue “meramente simbólico”. Sin embargo, los documentos judiciales y la comunicación oficial de la jueza norteamericana desmienten esa versión. En el fallo se cita explícitamente la “declaración promocional del presidente de la Nación Argentina”, a la que califica como “altamente engañosa”. Esa mención directa convierte al propio Milei en parte central de la causa, no solo como testigo sino como posible imputado en el futuro cercano.

A medida que el proceso judicial avanza, crecen las presiones políticas y diplomáticas. En la oposición argentina exigen explicaciones inmediatas y reclaman que el Congreso investigue el rol del Ejecutivo en el caso. En tanto, medios internacionales reflejan la magnitud del escándalo: no se trata simplemente de una estafa financiera, sino de un episodio que podría comprometer al jefe de Estado argentino en un fraude global. Para la justicia norteamericana, los indicios son suficientes para sostener que el dinero de $LIBRA no pertenece al Estado, sino a particulares que utilizaron la estructura estatal como pantalla de legitimidad.

El impacto político es innegable. En un país sumido en la crisis económica, con inflación persistente, recesión y descontento social, el caso $LIBRA golpea en el corazón del discurso libertario. Milei, que prometía barrer con la “casta corrupta”, aparece ahora asociado a un entramado financiero opaco y sospechoso. Si bien el gobierno argentino evita pronunciarse oficialmente sobre el tema, el silencio del presidente y su entorno inmediato profundiza la sensación de que algo se intenta ocultar. La narrativa del “león libertario” que desafía al poder parece resquebrajarse ante la posibilidad de que el propio poder esté implicado en un fraude monumental.

RTVC Noticias, el informativo principal del Sistema de Medios Públicos de Colombia, difundió la información con base en fuentes judiciales y medios estadounidenses, destacando la gravedad institucional que supone que un jefe de Estado sea mencionado en una causa por estafa financiera internacional. Su cobertura refuerza la dimensión regional del caso y el interés que despierta en América Latina, donde la figura de Milei genera tanto admiración como controversia.

Mientras la justicia norteamericana avanza y los medios internacionales replican el escándalo, el gobierno argentino enfrenta un dilema político y moral: explicar cómo un presidente que prometió liberar la economía terminó vinculado a una criptomoneda fraudulenta que atrapó a miles de ahorristas. En la Argentina de Milei, la libertad de mercado parece haber encontrado su límite en el espejo de la corrupción digital.


Fuentes verificadas:

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