Grave denuncia por el estado de detención de Julio De Vido en el Hospital Penitenciario

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Su familia alerta por falta de comida adecuada, imposibilidad de higienizarse y ausencia total de medicación

El periodista Raúl Kollmann difundió una denuncia realizada por Alessandra Minnicelli, esposa de Julio De Vido, sobre las condiciones en las que se encuentra detenido el ex ministro. Asegura que no recibe alimentación apta para su diabetes, que está impedido de bañarse y comunicarse, y que permanece sin medicación ni pertenencias básicas. La publicación generó un fuerte impacto en redes sociales, donde usuarios compararon la situación con otros casos y apuntaron contra el Poder Judicial.


Un cuadro que despierta alarma y repudio

Según publicó Raúl Kollmann, Julio De Vido está internado en el Hospital Penitenciario en condiciones que su familia considera inhumanas. La denuncia indica que no recibe comida adecuada pese a su diabetes, no puede bañarse, no tiene acceso a comunicación y permanece sin la medicación que necesita. Tampoco le entregaron el bolso con ropa que él mismo llevó para cambiarse. Minnicelli advierte que De Vido cumplirá 76 años en diciembre y que la situación pone en riesgo su salud.

La descripción encendió una discusión inmediata en X. Muchos usuarios interpretaron lo relatado como un caso de maltrato estatal e incluso de violación de derechos básicos. Una usuaria recordó que la tortura está prohibida en Argentina y cuestionó quién dio la orden de lo que definió como “semejante barbarie”. Otros trazaron un paralelo directo con el caso de Héctor Timerman, quien no recibió autorización judicial para viajar a realizar un tratamiento oncológico y falleció sin acceder a esa posibilidad.


Un debate que vuelve a poner al Poder Judicial en el centro

Entre las respuestas más contundentes, varios usuarios sostuvieron que existe un patrón político en el encarcelamiento de dirigentes. Uno escribió: “Los únicos que van presos son los peronistas”, mientras que otro afirmó: “Lo mismo que hicieron con Timerman. No nos sorprende”. La idea de un sistema judicial selectivo y con sesgo político reapareció con fuerza en los comentarios.

También hubo cuestionamientos directos a la actuación del Poder Judicial como institución. Una usuaria relató el antecedente de la imposibilidad de Timerman para tratarse un cáncer y remató afirmando: “El poder judicial es una mierda… Hay que hacer una purga”. Aunque se trata de expresiones personales, dan cuenta del clima de hartazgo y desconfianza que rodea a los tribunales federales en amplios sectores de la sociedad.

Un caso que expone tensiones más profundas

La denuncia sobre las condiciones de detención de De Vido se inscribe en una discusión más amplia sobre el trato a los detenidos, el acceso a la salud en contexto de encierro y la obligación del Estado de garantizar derechos básicos incluso a quienes están bajo prisión preventiva o condenados.

La combinación de falta de atención médica, restricciones de higiene y ausencia de elementos personales no solo podría constituir un trato degradante, sino que reaviva debates persistentes sobre el uso político del sistema judicial y penitenciario en los últimos años. La indignación reflejada en los comentarios muestra que, más allá de las posiciones partidarias, una parte de la ciudadanía percibe estas situaciones como señales de un deterioro institucional grave.

El caso continúa generando repercusiones y se espera que organismos de derechos humanos y autoridades judiciales respondan ante la gravedad de la denuncia.

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