El candidato a diputado nacional de La Libertad Avanza en la Provincia intenta despegarse de Diego Spagnuolo, el exfuncionario que confesó maniobras de coimas ligadas al gobierno de Milei. Sin embargo, las evidencias de cercanía personal y política lo dejan atrapado en una trama que expone la fragilidad moral del espacio oficialista.
José Luis Espert atraviesa uno de los momentos más críticos de su carrera política. El economista, primer candidato a diputado nacional de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, quedó en el ojo de la tormenta tras revelarse que fue él quien acercó a Diego Spagnuolo al presidente Javier Milei. El ahora ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad no solo fue desplazado de su cargo: también enfrenta allanamientos y causas judiciales por la red de coimas que destaparon sus propios audios.
Lejos de la frontalidad con la que suele mostrarse en los medios, Espert entró en pánico. “Me cagaron la campaña”, repite en privado, mientras evita entrevistas televisivas para no ser acorralado con preguntas sobre su estrecha relación con Spagnuolo. Y no es para menos: el exfuncionario lo definía públicamente como parte de su “segunda familia”, compartiendo fotos y mensajes de afecto hacia él y su esposa, María Mercedes González, conocida en redes como La Divagante.
La mancha que dejó Spagnuolo no se limita al círculo íntimo de Espert. El escándalo salpica al corazón del macrismo: trabajó junto al exintendente de Pilar, Nicolás Ducoté, y al pediatra Carlos Kambourian en la secretaría de Salud durante la gestión de Mauricio Macri. Además, en los audios filtrados se lo escucha hablar de un funcionario heredado del macrismo como “un tipo que maneja la caja, un delincuente que vino para chorear”.
La crisis también desnuda los vínculos entre negocios y política en la estructura libertaria. Según reveló LPO, Jonatan Kovalivker, dueño de la droguería Suizo Argentina, fue señalado por haber aportado dinero para la fiscalización de la segunda vuelta electoral que consagró a Milei, incluso jugando al pádel con Mauricio Macri en Nordelta en los días clave. Los mismos laboratorios que aparecen en la trama de retornos estatales para medicamentos reaparecen ahora como engranajes de financiamiento electoral.
El intento de Milei por cortar rápido la cuerda, echando a Spagnuolo y desplazando a Daniel María Garbellini de la ANDIS, no alcanza para despejar las sospechas. En el propio gabinete libertario admiten el desconcierto: “Todavía no cambiamos el huso horario y ya se nos hizo de noche”, sintetizó un funcionario.
El pánico de Espert refleja una contradicción mayor: los autoproclamados “outsiders” que venían a “depurar la política” quedaron enredados en las mismas prácticas de corrupción que juraban combatir. Y lo hicieron, además, en un área particularmente sensible: la atención a personas con discapacidad, jubilados y pacientes con enfermedades graves. El contraste entre la retórica de la “libertad” y la realidad de negocios turbios con medicamentos estatales es brutal.
El libertarismo pretendía encarnar una renovación ética frente a los “vicios de la casta”. Hoy, el escándalo Spagnuolo no solo compromete a Espert, sino que expone hasta qué punto las promesas de honestidad y transparencia eran apenas un eslogan electoral. La “nueva política” terminó oliendo a la peor versión de la vieja: coimas, retornos y amistades incómodas que pueden costar carreras enteras.
Fuente:
- https://www.lapoliticaonline.com/politica/espert-en-panico-porque-le-presento-a-spagnuolo-a-milei-me-cagaron-la-campana/
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