El estafador de Generación Zoe afirmó haber financiado la campaña de Santilli en 2021

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El fundador de Generación Zoe, condenado a 12 años de prisión por estafa, aseguró que donó 32.500 dólares a la campaña de Diego Santilli en 2021 y también aportó para Javier Milei. Su declaración reaviva el debate sobre el financiamiento político y los vínculos entre el poder y los negocios turbios.

Desde la cárcel de Goya, Leonardo Cositorto lanzó una bomba que incomoda tanto al PRO como a La Libertad Avanza: confesó haber puesto miles de dólares para las campañas de Diego Santilli y Javier Milei. Mientras el gobierno se presenta como “la casta que no roba”, el relato se resquebraja entre aportes, vínculos y negaciones.

Leonardo Cositorto volvió al centro de la escena política y mediática, y lo hizo con la misma vehemencia que lo caracterizó cuando prometía “libertad financiera” a miles de ahorristas. Desde la Unidad Penal N.º 6 de Goya, Corrientes, el creador de Generación Zoe aseguró que aportó 32.500 dólares a la campaña del actual candidato a diputado nacional Diego Santilli en 2021. No se trata de un comentario menor: quien habla es un condenado a 12 años de prisión por asociación ilícita y estafas reiteradas, declarado culpable de manejar un esquema piramidal que dejó damnificados en todo el país.

“No tengo ningún problema con Santilli, lo que me molesta es que ahora salen a negarme”, afirmó en declaraciones a Radio Splendid. Cositorto, que parece decidido a llevarse a varios por delante, añadió: “Yo no soy Fred Machado, me molesta que me nieguen y quieran mancharme”. La referencia al empresario detenido por narcotráfico no pasó desapercibida: al igual que Machado, sus dichos apuntan al corazón político del oficialismo liberal y del PRO, hoy fusionados en una alianza de poder que intenta sobrevivir al desgaste del gobierno de Javier Milei.

En su relato, el estafador sostuvo que apoyó económicamente a Santilli “porque quería un cambio para la Argentina, así como aporté para Milei también”. La frase, más allá de su tono casi ingenuo, deja en evidencia una práctica que ni el propio Milei ha podido ocultar: el financiamiento electoral de su espacio sigue siendo un agujero negro lleno de empresarios, donantes anónimos y promesas de impunidad.

La declaración de Cositorto, por sí sola, no constituye prueba judicial, pero agrega una pieza incómoda al rompecabezas de los vínculos entre el dinero oscuro y la política de ultraderecha. En 2022, Santilli ya había sido consultado sobre su supuesto nexo con el líder de Generación Zoe y lo había negado tajantemente, calificando las acusaciones como “una burda operación”. “No lo conozco, no tengo ningún vínculo. No sé quién es, nunca tuve relación en mi vida”, sostuvo en aquel momento. Sin embargo, la desmentida de Santilli hoy suena débil frente a una confesión tan precisa en montos y destinatarios.

El caso no solo roza al entorno del PRO, sino también a los libertarios. La Libertad Avanza, que llegó al poder con la promesa de “limpiar la política de corruptos”, se enfrenta a un escenario donde varios de sus aliados aparecen vinculados con personajes de prontuario dudoso. Cositorto y Machado son solo los nombres más recientes en una lista que se amplía día a día, mientras el presidente Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, repiten un discurso de “moral y transparencia” cada vez menos creíble.

El trasfondo de todo esto es más profundo que una simple pelea de declaraciones. Muestra el nivel de penetración del dinero privado en la política argentina, especialmente en campañas donde las alianzas entre sectores del PRO y de Milei fueron financiadas por redes empresariales que operan al margen de cualquier control público. El Estado, lejos de garantizar transparencia, parece hoy un espectador pasivo, o peor aún, un cómplice silencioso de un sistema de poder que se sostiene con aportes en dólares y silencios comprados.

Cositorto, con su habitual tono mesiánico, parece buscar algo más que notoriedad: busca que lo reconozcan como parte del mismo entramado que ahora lo niega. Su “que no me niegue” suena a advertencia. Y en un contexto donde las fronteras entre el delito económico y la política se desdibujan, sus palabras exponen las contradicciones de un gobierno que predica la libertad de mercado mientras coquetea con los negocios más turbios.

En definitiva, el caso Cositorto-Santilli no solo es un nuevo escándalo de financiamiento político: es un espejo del poder actual, donde los límites morales se flexibilizan y la ética se cambia por dólares.

Fuente

.https://noticiasargentinas.com/politica/leonardo-cositorto-aseguro-que-aporto-32-500-dolares-a-la-campana-de-diego-santilli—que-no-me-niegue-_a68e597d0d08535ec7325d2ec

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