Federico Bojanovich, funcionario del Ministerio de Capital Humano y candidato “entrable” a diputado provincial por La Libertad Avanza, enfrentará un juicio oral por violencia de género tras una denuncia de su expareja. El caso expone la contradicción brutal entre el discurso de los libertarios y la impunidad que protegen dentro de sus propias filas.
El armado político de Karina Milei en la provincia de Buenos Aires vuelve a mostrar grietas profundas que ya no pueden taparse con frases altisonantes ni con la maquinaria comunicacional que suele blindar a los libertarios. Esta vez, el epicentro de la polémica es Federico Bojanovich, referente de La Libertad Avanza en Ensenada, funcionario del Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello y candidato a diputado provincial en la tercera sección electoral. Su nombre, que hasta hace poco circulaba en las internas libertarias como un dirigente emergente, ahora se inscribe en los expedientes judiciales bajo una acusación contundente: lesiones en contexto de violencia de género y daño.
La denuncia, presentada en 2022 por su entonces pareja, detalla una serie de agresiones físicas y hostigamientos que tuvieron lugar a la salida de un boliche en La Plata. Según consta en el expediente, Bojanovich la empujó, le arrebató el celular y lo destrozó arrojándolo contra el suelo. Luego, dentro de un automóvil, la golpeó en el rostro y llegó a impactar su cabeza contra la puerta del vehículo. La víctima fue atendida en el Hospital San Roque, donde recibió asistencia médica, y aportó pruebas que incluyen certificados y capturas de mensajes intimidatorios. La crudeza de esos episodios pone en evidencia un patrón de violencia que no puede relativizarse.
Lo que agrava aún más el cuadro es la conducta evasiva del acusado durante la investigación. Durante meses logró esquivar las notificaciones judiciales, maniobra que retrasó el avance del proceso. El cerco recién se cerró en noviembre de 2023, cuando personal de Prefectura Naval lo demoró en pleno acto electoral, mientras votaba en el balotaje que consagró a Javier Milei como presidente. Ese mismo día, la Justicia finalmente pudo notificarlo de la causa que ya pesaba sobre él.
Lejos de marginarlo, el espacio libertario decidió ubicarlo en el noveno puesto de la lista de candidatos a diputados provinciales de la tercera sección electoral, una posición “entrable” que lo deja a las puertas de una banca y de la inmunidad parlamentaria. El cinismo político se evidencia en este punto: mientras la sociedad argentina lucha por erradicar la violencia machista y clama por Justicia en cada femicidio, La Libertad Avanza promueve a un dirigente acusado de golpear y hostigar a una mujer.
El juez de Garantías Martín Miguel Rizzo avaló en agosto de 2024 el pedido de la fiscal especializada en violencia de género, Mariana Ruffino, y resolvió que Bojanovich sea sometido a juicio oral. El proceso se desarrollará en el Juzgado Correccional N°2 de La Plata, donde se evaluarán pruebas, testigos y pericias médicas. No se trata de una denuncia vaga ni de un rumor amplificado: el expediente judicial está nutrido de evidencia concreta y avalado por resoluciones firmes.
El prontuario político de Bojanovich tampoco se limita a esta acusación. En 2023 compitió por la intendencia de Ensenada y perdió, pero logró mantenerse en el círculo de confianza de Karina Milei y de Pettovello. Desde abril de 2025 ocupa un cargo en la Agencia Territorial Lomas de Zamora, dependiente de la Secretaría de Trabajo del Ministerio de Capital Humano, puesto renovado por resolución oficial durante 180 días. Allí, en un cargo estatal financiado con recursos públicos, se desempeña un hombre a punto de enfrentar un juicio por violencia de género. Una muestra más del doble estándar libertario: hablan de “casta” y “privilegios”, pero se protegen entre ellos con cargos y candidaturas.
La víctima, que mantuvo con Bojanovich una relación de tres años, no solo denunció las agresiones sino que además pidió medidas de restricción perimetral y de cese de hostigamiento. El relato judicial describe con minuciosidad la secuencia de los golpes, insultos y amenazas. El hecho, lejos de ser un episodio aislado, refleja el drama cotidiano de miles de mujeres en la Argentina, que sufren violencia machista mientras las estructuras políticas que deberían representarlas terminan encubriendo a los agresores.
El contraste es brutal: mientras desde el gobierno de Milei se promueven discursos de “libertad” y se recortan programas de asistencia a víctimas de violencia, en paralelo se alienta a candidatos como Bojanovich, cuyo derrotero judicial desnuda la hipocresía del relato oficial. La contradicción no es menor: Pettovello, ministra de Capital Humano, encabeza la cartera que debería velar por políticas de protección social, y sin embargo sostiene en sus filas a un funcionario denunciado e imputado por violencia de género.
La elevación a juicio no es solo un hecho jurídico, es también un síntoma político. Expone la fragilidad moral de un espacio que se presenta como “renovador” mientras recicla viejas prácticas de impunidad. Las preguntas se vuelven inevitables: ¿qué clase de renovación política es esta que incluye en sus listas a hombres denunciados por golpear mujeres? ¿Qué tipo de ética pública se defiende cuando la prioridad es garantizar la inmunidad parlamentaria a un imputado antes que dar respuestas a la sociedad?
El caso Bojanovich no es una anécdota menor en el armado libertario bonaerense. Es la muestra de un modo de construir poder que ignora deliberadamente los derechos de las mujeres y privilegia el pacto corporativo entre dirigentes. Mientras la Justicia avanza, la política libertaria retrocede a pasos agigantados en credibilidad. La estrategia de blindaje puede rendirles dividendos electorales en lo inmediato, pero a largo plazo expone un proyecto sin densidad ética, que se devora a sí mismo en su propia contradicción.
En los próximos meses, el juicio oral pondrá frente a frente a las pruebas médicas, los testimonios de testigos y las estrategias de defensa. Allí se jugará una parte importante de la credibilidad del espacio que lideran Javier y Karina Milei. Porque si algo queda claro es que no se trata solo de la conducta de un dirigente en particular, sino del aval político que le otorgan quienes lo sostienen. Y en ese aval está la verdadera radiografía del poder libertario: un poder dispuesto a naturalizar la violencia de género cuando se trata de proteger a los suyos.
La pregunta de fondo persiste: ¿qué significa hablar de “libertad” cuando se la reduce al beneficio de unos pocos y se la niega brutalmente a las víctimas de violencia?
Fuentes:
- https://www.latecla.info/160950-candidato-a-diputado-por-la-libertad-avanza-ira-a-juicio-por-violencia-de-genero
- https://www.newsdigitales.com/nota/309809/el-candidato-de-karina-milei-en-la-plata-ira-a-juicio-por-violencia-de-genero/
- https://www.newsdigitales.com/nota/309809/el-candidato-de-karina-milei-en-la-plata-ira-a-juicio-por-violencia-de-genero/





















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