El último Monitor de Opinión Pública de la consultora Zentrix revela un clima social adverso: seis de cada diez argentinos desaprueban al presidente, crece la desconfianza hacia el Indec y el 73% rechaza la presencia de los Menem en el gobierno libertario.
A poco más de un mes de las legislativas, la imagen de Javier Milei sigue en caída. El malestar económico, la pérdida de poder adquisitivo y la sospecha de corrupción en el círculo cercano al mandatario alimentan un rechazo que atraviesa incluso a parte de sus votantes.
El último sondeo de la consultora Zentrix desnuda una realidad incómoda para el oficialismo: seis de cada diez argentinos desaprueban la gestión de Javier Milei. El malhumor social no es una sensación pasajera, sino un cuadro extendido que combina la angustia por el bolsillo con la desconfianza hacia las instituciones. Y lo más preocupante para el presidente es que ya no se trata solo de la oposición, sino también de sectores que lo acompañaron en las urnas y hoy le reclaman cambios urgentes.
La encuesta muestra que apenas uno de cada cinco cree que Milei debe continuar sin modificaciones. El resto, incluso dentro de sus votantes, exige correcciones: algunos piden escuchar a los sectores más castigados por la crisis, otros reclaman acuerdos con la oposición y un ajuste del rumbo económico. La foto es clara: el discurso de “no retroceder un milímetro” choca de frente con una ciudadanía que ya no tolera la indiferencia ante la caída del poder adquisitivo.
El rechazo no se limita al presidente. El 73% de los encuestados expresa una imagen negativa hacia la familia Menem, que ocupa posiciones claves dentro del gobierno, desde la presidencia de la Cámara de Diputados hasta áreas sensibles en la Casa Rosada. En paralelo, Karina Milei, la hermana y Secretaria General de la Presidencia, tampoco escapa al desgaste: el 60% cree que podría estar vinculada a hechos de corrupción. En un país con heridas abiertas por décadas de impunidad, esa percepción se traduce en bronca y descreimiento.
La crisis de confianza alcanza también a los números oficiales. Dos de cada tres argentinos consideran que el Indec no refleja la inflación real. El motivo es evidente: mientras la canasta oficial sigue anclada en hábitos de consumo de hace más de 20 años, la vida cotidiana se mide en tarifas, transporte, medicamentos y educación privada. La distancia entre lo que se informa y lo que la gente siente en la calle alimenta la idea de que las estadísticas son un maquillaje al servicio del poder.
La consecuencia política de esta desconfianza es un presidente que no logra ampliar su base. En septiembre, la imagen positiva de Milei se estancó en un 33,8%, con un rechazo que ya supera el 59%. Entre sus propios votantes mantiene un núcleo duro de apoyo, pero incluso allí un 22,7% admite estar desencantado. Es el signo más claro de que la promesa libertaria empieza a resquebrajarse frente a la realidad del ajuste.
Mientras tanto, la oposición aprovecha el desgaste. Fuerza Patria creció casi cinco puntos en la intención de voto en apenas un mes y ya saca seis puntos de ventaja a La Libertad Avanza a nivel nacional. El contraste es evidente: mientras el gobierno se encierra en la retórica del sacrificio, el peronismo logra reposicionarse como alternativa frente a un electorado que clama por alivio inmediato.
La encuesta también revela que tres de cada diez argentinos señalan la economía como el principal problema y uno de cada cuatro coloca la corrupción en segundo lugar. El mensaje es directo: no alcanza con hablar de libertad mientras las familias no pueden llenar la heladera, ni con discursos de transparencia mientras se sospecha de negociados en la cima del poder.
A poco más de un mes de las legislativas, Milei enfrenta un dilema: insistir con la obstinación que lo llevó a perder en la provincia de Buenos Aires o reconocer que la sociedad demanda un cambio de rumbo. La mayoría no pide milagros, pide políticas que alivien la presión sobre los ingresos, que devuelvan confianza a las instituciones y que bajen el tono de la confrontación permanente. La pelota está en la cancha del presidente, pero los datos muestran que el tiempo se le está acabando.
Fuente
.https://www.minutouno.com/politica/seis-cada-diez-argentinos-desaprueban-la-gestion-javier-milei-n6194341





















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