El operador digital que se jactaba de querer enfrentar a Cristina Kirchner no figura en las listas de La Libertad Avanza. Sin lugar en las boletas, su caída se volvió tendencia.
Daniel Parisini, alias “El Gordo Dan”, pasó de ser vocero furioso del mileísmo en redes sociales a convertirse en blanco de memes y burlas, tras quedar fuera del armado de listas bonaerenses de La Libertad Avanza. La mano dura de Karina Milei, el pacto con el PRO y las denuncias judiciales por incitación a la violencia aceleraron su derrumbe.
El universo digital de la ultraderecha argentina acaba de perder a uno de sus soldados más ruidosos. Daniel Parisini, más conocido como «El Gordo Dan», autoproclamado líder de las «Fuerzas del Cielo» y exponente del llamado «brazo armado digital» de Javier Milei, fue marginado de las listas de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, y su exclusión se transformó en tema de burla en las redes sociales.
Con ambiciones políticas declaradas —llegó a decir que quería competir contra Cristina Fernández de Kirchner—, Parisini no logró siquiera figurar en alguna de las ocho secciones electorales. El cierre de listas del frente oficialista fue encabezado por Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, quien viajó personalmente a La Plata para definir la nómina junto a Eduardo “Lule” Menem, Martín Menem y operadores del PRO. El resultado: ni Parisini ni otros referentes del ejército troll libertario como Agustín Romo lograron un lugar.
Sin boleta y con escándalo
No fue una semana fácil para Parisini. Además del desplante electoral, fue denunciado por diputados del bloque Unión por la Patria por incitación a la violencia y expresiones antidemocráticas, luego de que pidiera públicamente «sacar los tanques a la calle» y «dinamitar el Congreso», en el contexto del debate sobre el aumento a jubilados y la emergencia en discapacidad.
Como si fuera poco, intentó despegarse de uno de los personajes que había respaldado con entusiasmo: el exconcejal libertario salteño Pablo Emanuel López, denunciado por extorsión sexual contra una militante. En un intento de control de daños, Parisini se disculpó con un tuit plagado de exabruptos: “Pido disculpas públicas por el endorsment que le di a este hijo de puta”, sostuvo, tratando de justificar el error como parte de la “estadística” de cualquier armado político.
De influencer a meme
Lo que siguió fue una catarata de memes, parodias y posteos irónicos. El autodenominado estratega digital del oficialismo quedó retratado como el «hazmerreír de las redes», un castigo simbólico dentro de la misma arena que lo encumbró. La militancia virtual no le perdonó su caída en desgracia, ni su intento fallido de convertirse en un dirigente político real.
El caso de «El Gordo Dan» no es anecdótico: refleja con nitidez cómo el mileísmo, que en campaña supo explotar la furia digital, intenta ahora institucionalizarse bajo nuevas reglas. Y en ese proceso, muchos de los que construyeron el relato violento desde las sombras empiezan a ser descartados como fichas prescindibles. La política, incluso la que se disfraza de antisistema, también tiene sus propias purgas.
Fuente:
- https://www.pagina12.com.ar/843466-del-brazo-armado-digital-al-hazmerreir-en-redes-el-gordo-dan
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