Carlos Bianco apuntó contra el ministro del Interior Diego Santilli por evitar el diálogo con la Provincia de Buenos Aires mientras el gobierno de Javier Milei retiene fondos millonarios y frena obras esenciales.
La denuncia pública del ministro bonaerense expuso el deterioro del vínculo entre Nación y Provincia. En un video viral, Bianco cuestionó que Santilli “solo se haga el gracioso en X” mientras ignora pedidos formales de reunión y respalda un recorte que deja a Buenos Aires con miles de obras paralizadas y una deuda federal que supera los 12 billones de pesos.
“Lo de Santilli me pareció patético. No atiende las llamadas.” Con esa frase directa, sin maquillaje y cargada de bronca, Carlos Bianco resumió en un minuto lo que la Provincia de Buenos Aires viene intentando transmitir desde hace meses: Diego Santilli, ahora ministro del Interior de Javier Milei, evita cualquier instancia de diálogo con el distrito más grande del país mientras acompaña uno de los recortes más agresivos que haya sufrido la PBA en décadas.
El video, difundido por la cuenta @ArrepentidosLLA y convertido rápidamente en tendencia, dejó al desnudo una situación que ya no puede ocultarse con chicanas en redes sociales. Según Bianco, el nuevo ministro del Interior se dedica a responder con ironías y emojis en X, pero cuando la Provincia le pide una reunión formal para abordar la deuda que la Nación mantiene con Buenos Aires, no contesta. Ni un llamado de vuelta. Ni un mensaje. Nada.
El trasfondo es todavía más grave. Desde que Milei asumió, las transferencias de fondos hacia la PBA cayeron un 70% respecto de 2023. La deuda acumulada, que ronda entre 12 y 13 billones de pesos, es la causa estructural de miles de obras paralizadas: rutas abandonadas, cloacas inconclusas, viviendas a medio construir y municipios que quedaron sin los recursos mínimos para sostener servicios esenciales. En ese contexto crítico, la ausencia deliberada de Santilli se vuelve más que una descortesía: es un gesto político que encaja perfectamente con la estrategia de disciplinamiento que el gobierno nacional viene aplicando sobre las provincias opositoras.
Bianco no exagera cuando califica de “patético” al funcionario. El 12 de noviembre, el ministro bonaerense le pidió formalmente una reunión a Santilli para discutir la deuda federal. La respuesta no llegó por los canales institucionales: llegó por X, donde el ministro del Interior contestó con un “Dale Carli, gracias. Tomo nota” acompañado de un emoji sarcástico. Una actitud que, lejos de una gestión responsable, parece salida de un adolescente con acceso a una cuenta oficial y no de quien debe garantizar el federalismo argentino.
La situación se vuelve más irritante para la Provincia cuando se observa la agenda selectiva del ministro. Santilli sí recibe a gobernadores aliados, como Martín Llaryora de Córdoba, pero evita cualquier encuentro con Axel Kicillof o con su equipo. Ese doble estándar alimenta la sospecha de que el Ministerio del Interior funciona hoy más como un peaje político que como un puente institucional. En otras palabras, se negocia con quienes aceptan acompañar el paquete de reformas de Milei; el resto queda afuera.
La frase de Bianco, entonces, no es solo un exabrupto. Es la descripción más sintética del deterioro del federalismo en manos de un gobierno que recorta, condiciona y responde con desdén. Bianco lo dijo sin vueltas: “Debe estar hablando con Caputo para devolver lo que nos robó Milei”. Y, más allá de la ironía, lo que hay es un diagnóstico que coincide con el de más de la mitad de los gobernadores del país: Nación retiene fondos mientras exige apoyo político para aprobar un Presupuesto 2026 que ajusta aún más sobre las provincias.
Los usuarios de X no tardaron en amplificar la escena. Desde “Santilli es un matoncito de teclado” hasta “¿De qué sirve hacerse el canchero en X si no atendés el teléfono?”, el reclamo se multiplicó. No se trata solo de un conflicto burocrático: es la percepción creciente de que el gobierno de Milei gobierna desde redes sociales mientras desatiende necesidades urgentes del territorio real.
Hoy, la Provincia sigue sin una reunión formal con Santilli. No hay señales de que algo vaya a cambiar. Kicillof presentó el Presupuesto 2026 provincial con números a la baja, producto directo de los recortes nacionales. Y aunque el futuro es incierto, una cosa parece evidente: si el ministro del Interior no puede —o no quiere— atender un teléfono, difícilmente pueda garantizar el federalismo que el país necesita.





















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