Lozano: “El swap con Estados Unidos es un respirador artificial para sostener a Milei hasta octubre”

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El economista y dirigente político criticó duramente el nuevo acuerdo con el fondo Bessent y el swap con Estados Unidos, asegurando que ambos comprometen la independencia económica y política de la Argentina y deben pasar por el Congreso Nacional.

En diálogo con Andrea Recúpero por AM530, Claudio Lozano advirtió sobre el peligro de la creciente subordinación del gobierno de Javier Milei a los intereses de Washington. Según el economista, el swap con Estados Unidos no solo es inédito en su forma, sino que pone en riesgo la soberanía nacional y el funcionamiento constitucional del país.

El economista Claudio Lozano volvió a encender las alarmas sobre la orientación económica y geopolítica del gobierno de Javier Milei. En una entrevista con Andrea Recúpero en La Vuelta Completa (AM530 Somos Radio), cuestionó con dureza el reciente acuerdo con el fondo Bessent y el swap financiero con Estados Unidos, calificándolos como “profundamente peligrosos” y “por fuera de la Constitución Nacional”.

“El nuevo acuerdo con Bessent tiene que pasar por el Congreso de la Nación”, sostuvo Lozano, al remarcar que el Poder Ejecutivo no puede comprometer recursos y decisiones de semejante magnitud sin la aprobación legislativa. Para el economista, lo que Milei y su ministro de Economía están haciendo “no tiene precedentes” y representa “una integración desmedida de la Argentina a los intereses de Estados Unidos”.

Según Lozano, el swap con Washington —una suerte de canje de monedas o líneas de crédito entre bancos centrales— no es un simple mecanismo financiero, sino una herramienta política para garantizar la supervivencia del gobierno libertario hasta las elecciones de octubre. “El swap es un respirador artificial para llegar al 26 de octubre”, dijo con ironía, aludiendo a la fragilidad del programa económico oficial.

El exdirector del Banco Nación también subrayó un hecho que consideró sin precedentes: “Nunca ocurrió un banco privado vendiendo dólares en nombre del Tesoro de Estados Unidos”. Esa maniobra, explicó, fue diseñada para “planchar el dólar” hasta la próxima reunión política clave del oficialismo. “Está claro que hay una apuesta del Tesoro norteamericano por mantener a rajatablas a Milei y sus socios”, aseguró.

Para Lozano, la jugada de Washington tiene un objetivo geopolítico claro: frenar el avance de China en la región. “La administración norteamericana quiere frenar la influencia china en América Latina”, afirmó, recordando que el gobierno de Milei decidió cortar lazos con Beijing apenas asumió, en línea con las exigencias de la Casa Blanca.

Pero el economista fue más allá: denunció que el acuerdo con Bessent y el swap “comprometen la perspectiva como Nación de Argentina”. En sus palabras, el país está cediendo soberanía, sometiéndose a una agenda externa que poco tiene que ver con los intereses nacionales. “Lo que están resolviendo está por fuera de la Constitución”, enfatizó.

El trasfondo político tampoco pasa desapercibido. Para el Fondo Monetario Internacional, según Lozano, “la elección de octubre es clave” porque buscan “reconstruir la gobernabilidad” en la Argentina, incluso si eso implica blindar al oficialismo. “Necesitan un Congreso con un tercio que pueda bloquear cualquier intento de voltear DNU o vetos presidenciales”, explicó, señalando que los actores internacionales están jugando fuerte para sostener el experimento libertario.

En este contexto, Lozano insistió en la urgencia de una respuesta política y social contundente: “Tienen que aparecer con rapidez todas las voces posibles señalando que el acuerdo tiene que pasar por el Congreso”. El economista advirtió que el silencio frente a este tipo de negociaciones es “cómplice” y que la falta de control parlamentario abre la puerta a una “cesión peligrosa de la soberanía nacional”.

Mientras el gobierno se jacta de su supuesta independencia económica, la realidad, según Lozano, es exactamente la contraria: una dependencia cada vez más profunda de los intereses norteamericanos. Con el dólar artificialmente estabilizado y un FMI expectante, la Argentina parece moverse —una vez más— al compás de decisiones tomadas fuera de sus fronteras.

Y aunque algunos funcionarios del oficialismo celebran este “rescate”, para Lozano no hay nada que festejar: “Lo que está pasando no pasó nunca. Es algo profundamente peligroso”. En otras palabras, lo que se está jugando no es solo un acuerdo financiero, sino el propio destino del país.

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