La visita presidencial a Córdoba quedó opacada por carteles de descuentos que ironizan sobre las denuncias de coimas y apuntan directamente contra Karina Milei, mientras la sociedad transforma el escándalo en un emblema de rechazo.
El caso del “3%” dejó de ser un simple expediente judicial para convertirse en un fenómeno cultural que desnuda la crisis de credibilidad del gobierno de Javier Milei. Desde las calles cordobesas hasta los estadios y recitales, la corrupción pasó de los despachos oficiales a los chistes populares, exhibiendo un deterioro político imposible de ocultar.
Javier Milei llegó a Córdoba con la intención de mostrarse como un presidente sólido frente al círculo empresarial. Sin embargo, lo que quedó grabado en la memoria de la ciudad no fueron sus palabras en la Bolsa de Comercio, sino los carteles de locales céntricos que ofrecían un 3% de descuento bajo la etiqueta de “Promo Anti Coima”. La referencia no era casual: apuntaba directamente a los audios atribuidos a Diego Spagnuolo, exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad, donde se hablaba de sobreprecios y coimas que rondaban justamente ese porcentaje.
En los carteles no faltaron golpes directos contra la secretaria general de la Presidencia. Algunos comercios se animaron a escribir: “Válido solo por hoy mientras la coimera de Karina está en Córdoba”. El mensaje, con una crudeza que descolocó a muchos, puso en evidencia que el malestar social ya no se limita a círculos opositores sino que se respira en la calle, entre vecinos y comerciantes cansados de la corrupción y de un gobierno que se proclama adalid de la transparencia.
El “3%” se transformó en un emblema incómodo. Lo que nació como un rumor judicial terminó siendo un recurso irónico en recitales, canchas de fútbol y redes sociales. Durante un show en Vélez, Lali Espósito levantó tres dedos al cantar un tema dedicado a Milei, gesto que miles de fanáticos interpretaron como una burla explícita al escándalo. En partidos de fútbol, las banderas alusivas aparecieron entre hinchadas que, más allá de sus diferencias deportivas, encontraron un símbolo común para expresar bronca y desconfianza.
El fenómeno habla de un gobierno que perdió el control del relato. Milei insiste en presentarse como un cruzado contra “la casta”, pero la realidad lo expone como rehén de los mismos vicios que prometió erradicar. El 3% ya no es solo una cifra: es la prueba de que la prédica libertaria se estrella contra la sospecha de corrupción dentro de su propia estructura.
La utilización popular de este símbolo muestra un hartazgo profundo. En una Argentina castigada por la recesión, la pobreza creciente y el desmantelamiento de servicios esenciales, la corrupción adquiere un peso insoportable. La gente no solo lo denuncia, también se ríe de ello, usando el sarcasmo como herramienta política. Y esa risa, corrosiva y multiplicada, erosiona la imagen de un gobierno que se autoproclama incorruptible mientras la evidencia lo desmiente.
Lo incierto es cómo impactará este descrédito en la estabilidad de Milei y su equipo. Lo que sí es seguro es que el “3%” seguirá resonando mucho más allá de los tribunales. Está en las calles, en las canciones, en las canchas, convertido en un estigma que ni los discursos más agresivos del Presidente podrán tapar.
Fuente:
.https://infonews.com/comercios-de-cordoba-lanzaron-promo-anti-coima-durante-visita-de-milei.html




















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