En la madrugada del jueves 11 de septiembre, un avión Boeing 767-300 de la aerolínea Omni Air International aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza con diez ciudadanos argentinos deportados desde Estados Unidos. El vuelo, que partió de Louisiana con escalas en Bogotá y Belo Horizonte, forma parte de una ofensiva migratoria impulsada por el gobierno de Donald Trump, que ha intensificado las expulsiones de migrantes latinoamericanos.
El operativo se desarrolló con un marcado hermetismo. Desde la Casa Rosada no se brindaron detalles sobre el procedimiento, en línea con la estrategia del gobierno de Javier Milei de evitar cualquier roce con Washington. La ausencia de reclamos oficiales por el trato recibido por los ciudadanos argentinos refleja el alineamiento automático del Presidente con las políticas de Trump, incluso en asuntos de soberanía y derechos humanos.
A pesar de la reserva oficial, en la terminal privada de Ezeiza aguardaban familiares de los expulsados, y algunos medios televisivos lograron registrar la llegada. Entre los deportados se encontraba Mario Luciano Robles, de 25 años, quien fue detenido en Texas poco más de un mes atrás tras cruzar la frontera desde México. “No somos criminales, no matamos ni violamos, solo vamos por el sueño americano”, relató el joven, que quedó separado de su esposa y su hijo, aún en México.
La llegada de este grupo de deportados expone con crudeza las consecuencias de la política migratoria trumpista y la sumisión del gobierno argentino frente a la Casa Blanca. Los diez argentinos fueron tratados como una carga indeseable, embarcados en un avión que ni siquiera completó su capacidad, y devueltos en silencio, sin que su país de origen alzara la voz por ellos. Una muestra más de cómo Milei prefiere sostener su vínculo personal con Trump antes que defender a sus propios ciudadanos.
El regreso de estos diez argentinos deportados desde Estados Unidos pone de manifiesto las tensiones en la política migratoria internacional y la postura del gobierno argentino frente a las decisiones de la administración de Donald Trump. Mientras los deportados buscan reintegrarse a su país de origen, la ausencia de una respuesta oficial contundente por parte de la Casa Rosada deja en evidencia el alineamiento del gobierno de Javier Milei con las políticas migratorias de Estados Unidos, incluso cuando estas afectan directamente a ciudadanos argentinos.
Además, la situación plantea interrogantes sobre el futuro de los migrantes argentinos en América del Norte. La administración de Donald Trump ha intensificado sus políticas de deportación, con el objetivo de alcanzar un millón de deportaciones en el primer año de su segundo mandato. Esta estrategia ha generado preocupación entre las comunidades inmigrantes, ya que se prevé un aumento en las expulsiones, afectando potencialmente a más ciudadanos argentinos que buscan una vida mejor en Estados Unidos.
Fuentes:
La Nación – Así fue la llegada a Ezeiza de los argentinos deportados por el gobierno de Donald Trump:
https://www.lanacion.com.ar/sociedad/asi-fue-la-llegada-a-ezeiza-de-los-argentinos-deportados-por-el-gobierno-de-donald-trump-nid11092025/
Diez argentinos deportados en silencio: El silencio de Milei ante el atropello migratorio de Trump: https://www.enorsai.com/noticias/sociedad/diez-argentinos-deportados-en-silencio-el-silencio-de-milei-ante-el-atropello-migratorio-de-trump/
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