El gobierno porteño sanciona a un maestro por homenajear a educadores de Gaza y desplegar una bandera palestina en el Día del Maestro. La medida, avalada por Jorge Macri y su ministra de Educación, desata un fuerte repudio sindical, académico y de organismos de derechos humanos.
La Ciudad de Buenos Aires se convirtió en el epicentro de una nueva polémica que combina educación, política y derechos humanos. El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, junto con su ministra de Educación, Mercedes Miguel, impulsó una sanción contra Federico Puy, maestro de primaria y secretario de prensa del gremio ADEMYS, por expresar solidaridad con las infancias palestinas durante un acto por el Día del Maestro.
El episodio ocurrió el pasado 10 de septiembre en la Escuela Normal 5 de Barracas, donde Puy tomó la palabra para homenajear a los educadores asesinados en Gaza, recordar a las infancias víctimas de los bombardeos israelíes y mencionar a Tomy, un exalumno suyo que sobrevivió al ataque contra Dubái. El docente además desplegó una bandera palestina en el escenario, gesto que fue interpretado por el oficialismo porteño como un “adoctrinamiento” incompatible con la función docente.
La respuesta fue inmediata: Jorge Macri aseguró que aplicará “todo el peso de la normativa vigente” y Mercedes Miguel anunció la apertura de un sumario administrativo contra el maestro. Según el gobierno de la Ciudad, Puy habría violado el Reglamento Escolar que prohíbe “expresar opiniones que pudieran influir o confundir a los menores en temas políticos, religiosos, de género o similares”. También citaron artículos del Estatuto Docente que exigen “educar con prescindencia partidaria y religiosa”.
La decisión desató un fuerte repudio de sindicatos como UTE y ADEMYS, que calificaron el sumario como un acto de censura política y persecución sindical. Figuras académicas de peso, como Adriana Puiggrós, y colectivos como Judíes contra el Genocidio, además de organizaciones de derechos humanos, expresaron su apoyo a Puy y denunciaron la embestida como un intento de disciplinamiento hacia todo el sector educativo.
La polémica trascendió el ámbito gremial: mientras Jorge Macri busca instalar la idea de una docencia “neutral”, la reacción popular mostró que para amplios sectores de la sociedad la solidaridad con las infancias palestinas no es un acto de adoctrinamiento, sino un gesto humanitario frente a un genocidio que conmueve al mundo.
El caso de Puy se inscribe en un contexto político mayor: el gobierno nacional de Javier Milei y sus aliados porteños del PRO promueven una narrativa de defensa de la libertad en foros internacionales, mientras en casa se persigue a un maestro por hablar de derechos humanos. La neutralidad escolar es utilizada como argumento para legitimar la censura, en un momento donde el ajuste presupuestario, el deterioro de la infraestructura y los salarios docentes en caída libre ya generan un clima de conflictividad creciente.
La pregunta de fondo es inquietante: si un maestro puede ser sancionado por solidarizarse con niños bombardeados en Gaza, ¿qué pasará con quienes denuncien la precarización laboral, el vaciamiento de las escuelas públicas o el ajuste en la educación?
No es la primera vez que un caso de este tipo genera controversia. En 2024, en La Pampa, la docente Ana Contreras fue denunciada por hablar de Palestina en las aulas, aunque finalmente absuelta. En ese sentido, el caso de Puy podría sentar un precedente peligroso sobre los límites de la libertad de expresión docente en la Ciudad de Buenos Aires.
Lejos de tratarse de un hecho aislado, este episodio funciona como un mensaje disciplinador. El oficialismo porteño pretende instalar la idea de que la enseñanza debe reducirse a la repetición de contenidos “neutros”, despojados de cualquier vínculo con la realidad social. Sin embargo, la escuela pública siempre ha sido también un espacio de debate y construcción ciudadana.
La persecución contra Federico Puy es, en última instancia, un ataque contra la docencia en su conjunto. El apoyo masivo que recibió demuestra que existe otra Argentina que no está dispuesta a aceptar mordazas. Defender a este maestro es defender el derecho a enseñar, pensar y hablar sin ser castigados por un poder cada vez más autoritario.
Fuentes:
- Página/12: “Prohibido hablar de Gaza en la escuela – El gobierno porteño pidió sanciones contra el docente Federico Puy que mostró una bandera palestina” – https://www.pagina12.com.ar/857522-prohibido-hablar-de-gaza-en-la-escuela PAGINA12
- Clarín: “Un docente de primaria habló de Gaza…” – https://www.clarin.com/sociedad/docente-primaria-hablo-gaza-saco-bandera-palestina-escuela-podria-sancionado-gobierno-porteno_0_1nvDXT7usJ.html Clarín
- Tiempo Argentino: “El docente que se solidarizó con las infancias de Palestina será sancionado por Jorge Macri” – https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/docente-palestina-sancion-jor-macri/ Tiempo Argentino




















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