La hermana del presidente avanza con su propio círculo en la campaña nacional, marginando a sectores críticos de Las Fuerzas del Cielo y profundizando la fragmentación interna del espacio libertario.
En Tucumán, Karina Milei inauguró la carrera electoral con figuras afines y amigos políticos, dejando en evidencia que la proyección de los libertarios jóvenes y los alfiles de Santiago Caputo quedó relegada, mientras el presidente observa desde un segundo plano.
Karina Milei decidió no esperar el inicio formal de la campaña nacional y protagonizó un acto en Tucumán con su círculo íntimo, incluido Martín Menem, dejando en evidencia su control absoluto sobre la estrategia electoral. Mientras tanto, los libertarios de Las Fuerzas del Cielo, dolidos y frustrados por el ninguneo a sus planteos sobre la derrota en la provincia de Buenos Aires, recalculan sus pasos sin definir una estrategia paralela.
El sector de Santiago Caputo, que había sido clave durante las elecciones provinciales, donde organizaron caravanas, visitas a municipios y acciones por redes, enfrenta ahora una marginación clara. La hermana del presidente optó por integrar a su representante, Sebastián Pareja, pero excluyó a la mano derecha de Caputo, responsable del bloque violeta en la Legislatura. La señal es inequívoca: quienes no pertenecen al núcleo cercano de los Milei quedan fuera de la campaña central.
La situación interna se agrava con rumores sobre la posible renuncia de Caputo, desmentidos por su entorno, y con la explícita marginación de dirigentes jóvenes. El vocero presidencial, Manuel Adorni, dejó claro que figuras como Daniel Parisini no representan las ideas del Gobierno, reafirmando la línea de exclusión impulsada por Karina Milei.
En el acto de Tucumán, todas las figuras fueron afines al núcleo Milei: Lilia Lemoine, Eugenia Rolón, Federico Pelli y Lisandro Catalán, consolidando una estrategia que centraliza el poder en manos de la familia presidencial y sus aliados cercanos. Mientras tanto, Javier Milei se mantiene al margen, observando las disputas internas en el terreno virtual que él domina y que sigue de cerca.
Este movimiento evidencia no solo la concentración del control de la campaña en la figura de Karina Milei, sino también un debilitamiento de la estructura libertaria que alguna vez se presentó como plural y participativa. Los alfiles relegados saben que, si deciden seguir activos, deberán hacerlo en soledad, sin el respaldo del núcleo central, lo que podría profundizar la fragmentación interna y complicar la cohesión del espacio de cara a las elecciones de octubre.
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