Cristina Kirchner saludó a una multitud en su casa tras el acto en Parque Lezama: “Vamos a volver” resonó en San José

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La ex presidenta apareció dos veces en el balcón de su domicilio para agradecer a militantes que se movilizaron desde Parque Lezama. Emoción, cánticos y testimonios de apoyo marcaron una jornada atravesada por su discurso crítico hacia la economía de Javier Milei.

A pesar de estar engripada, Cristina Fernández de Kirchner salió este 9 de Julio a saludar a cientos de personas congregadas frente a su departamento en San José y Humberto Primo. Luego del acto en Parque Lezama, militantes y vecinos se acercaron a mostrarle respaldo. Entre banderas, cánticos y declaraciones cargadas de emoción, la ex mandataria volvió a ser el centro de la escena política. La situación judicial que la rodea y la ausencia de incidentes policiales completaron un cuadro de alta tensión política, pero de movilización pacífica.

Cristina Fernández de Kirchner volvió a estar en el centro de la escena política este martes, cuando, a pesar de estar engripada, salió dos veces a saludar desde el balcón de su domicilio en el barrio de Constitución. Frente a su departamento en San José 1111, una multitud se congregó para expresarle apoyo luego del acto realizado horas antes en Parque Lezama.

“Esto vuelve a ser como hace algunas semanas atrás, con la gran vigilia que se originó luego del fallo de la condena”, describió Rafa García, cronista presente en el lugar. La marea militante había partido de Parque Lezama tras escuchar el audio de la ex presidenta, quien, a pesar de su estado de salud, dejó un mensaje cargado de definiciones sobre la deuda externa, la situación económica y críticas directas al programa económico del presidente Javier Milei.

Mientras Cristina se asomaba al balcón y saludaba con gestos amplios, los presentes entonaban cánticos, especialmente el clásico “Vamos a volver”, que retumbó varias veces entre Humberto Primo y San José. Rafa García narró que la ex presidenta respondió en varias oportunidades a los gritos de la multitud, agradecida y visiblemente conmovida.

La jornada, que en principio había comenzado con un grupo reducido, fue creciendo en volumen a medida que los militantes y vecinos llegaban desde el acto en Parque Lezama. Allí, Cristina había reconocido estar engripada y con dificultades en la voz, algo que no le impidió dirigirse a su militancia con tono firme y preocupado por el rumbo del país.

Testimonios cargados de emoción

Varios testimonios recogidos en la puerta de su domicilio reflejaron el clima de fervor y apoyo incondicional. “Me parece muy injusto lo que están haciendo con ella y creo que tenemos que estar”, sostuvo una militante que llegó desde Parque Lezama. Otra mujer describió el discurso de Cristina como “muy realista y lamentablemente cierto para todos los argentinos”.

Entre los presentes se destacó la participación de María Castillo de Lima, soprano trans del Teatro Colón, quien interpretó fragmentos del Himno Nacional y “No llores por mí Argentina”, dedicados especialmente a Cristina. “Festejamos la libertad que nos dio Cristina a todas las personas trans para ir por el mundo con la frente en alto y orgullo”, expresó con emoción.

Luz, otra militante trans, agradeció la Ley de Identidad de Género impulsada durante el kirchnerismo, pero advirtió sobre el presente: “Hay muchas compañeras que han sido echadas de sus trabajos en este gobierno. El odio ha crecido exponencialmente con nosotras. Por eso hacemos un llamado para que esto no siga pasando”.

Clima tenso pero sin incidentes

En el trasfondo, la situación judicial de la ex presidenta sigue siendo tema de conversación. “La justicia está ahí pisándole los talones”, indicó el cronista, recordando las maniobras del fiscal Mario Villar, quien había solicitado al Tribunal de Casación que se revise la prisión domiciliaria de Cristina. Sin embargo, en esta ocasión no se registró un operativo policial desmedido, como en ocasiones anteriores. Según detalló García, “lo único que se vio fueron uno o dos patrulleros, que incluso los vecinos celebran porque hacen el barrio más seguro”.

La movilización, en todo su recorrido, desde Parque Lezama hasta Constitución —unas diez cuadras—, transcurrió sin conflictos ni incidentes. Contrasta con el operativo policial “desmedido” que, según denunciaron algunos testigos, se desplegó horas antes frente al Congreso por una pequeña manifestación de jubilados reclamando por sus magros ingresos y el precio de los medicamentos.

“Cristina es pueblo”

La multitud no sólo se congregó para saludar, sino también para expresar convicciones políticas. “Cristina es inocente. Cristina debería estar hoy conduciendo el país. Cristina es patria. Es integración. Es la voz de todos aquellos trabajadores que hoy están desocupados”, dijo emocionada una señora entre lágrimas. Otro hombre relató conmovido que padece cáncer y pudo acceder a una pensión gracias a políticas impulsadas por Cristina: “Nunca ante la adversidad baje los brazos… Recuerde que su pueblo la quiere, la mira, señora Cristina”.

Desde jóvenes militantes de La Cámpora que viajaron desde La Matanza, hasta vecinos autoconvocados, todos coincidieron en un mismo clamor: Cristina debe volver. Para muchos, sigue siendo la figura política capaz de revertir el presente crítico que describió en su discurso, atravesado por inflación, ajuste y pérdida de derechos.

La postal final, con la ex presidenta en el balcón y la multitud coreando “Vamos a volver”, reeditó viejas escenas del kirchnerismo en sus días de mayor fervor. Y dejó en claro que, para una parte importante de la sociedad, Cristina Kirchner sigue siendo mucho más que una figura política: es un símbolo de esperanza, memoria y futuro.

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