Mercuriali y el “imposible judicial”. Mientras Franco Mercuriali descarta derechos y garantías para Cristina Kirchner desde la mesa de Mirtha Legrand, la realidad judicial argentina muestra caminos que el periodista prefiere ignorar.
El periodista aseguró que la ex presidenta “busca algo que no existe en la justicia argentina” al reclamar la suspensión de su condena. Sin embargo, el derecho argentino contempla herramientas legales que Mercuriali omite deliberadamente en su cruzada mediática. La figura de Cristina Fernández de Kirchner sigue siendo el blanco favorito de un sector que milita más en los sets de televisión que en los códigos procesales.
En la Argentina del prime time televisivo, la justicia parece dictarse más en los sets de televisión que en los tribunales. Esta semana, Franco Mercuriali, conductor de Mercuriali 630 en Radio Ravadia, se sentó en la mesa de La Noche de Mirtha y, con tono de certeza absoluta, sentenció sobre la situación judicial de Cristina Fernández de Kirchner:
“Intenta llamar la atención y busca algo que no existe en la justicia argentina”.
Con esa frase, Mercuriali no solo se sumó al coro mediático que exige condenas firmes y cárcel para la ex presidenta, sino que además desinformó al público al asegurar que “no hay ninguna instancia judicial en la Argentina que pueda suspender una condena”.
Nada más alejado de la realidad.
Lo que Mercuriali no cuenta
En el sistema judicial argentino sí existen instancias y recursos que pueden suspender los efectos de una condena. Recursos extraordinarios, como el recurso federal ante la Corte Suprema, los planteos ante organismos internacionales (como la Corte Interamericana de Derechos Humanos) y hasta pedidos de revisión por nulidades o nuevas pruebas, pueden suspender la ejecución de una pena hasta tanto exista sentencia firme.
De hecho, Cristina Kirchner no tiene condena firme, pues su sentencia en la causa Vialidad fue apelada ante la Cámara de Casación Penal, y eventualmente podría llegar a la Corte Suprema. Incluso, de haber irregularidades o violación de garantías, puede plantearse la revisión en instancias supranacionales.
Mercuriali lo sabe, o debería saberlo. Pero opta por el relato simple y punitivista, ese que alimenta la narrativa de una supuesta impunidad kirchnerista, sin explicar las garantías procesales que valen para cualquier ciudadano, sea o no ex presidenta.
El acampe y la “prisión domiciliaria”
En otro tramo de sus declaraciones, Mercuriali advirtió sobre el acampe que militantes kirchneristas realizan frente al domicilio de Cristina Fernández de Kirchner, sugiriendo que esto “pone en riesgo su beneficio de prisión domiciliaria”, porque un juez podría considerar inadecuado el lugar y enviarla a Ezeiza.
Otra vez, manipulación mediática. Cristina no está bajo prisión domiciliaria, ni cumpliendo condena efectiva, porque la sentencia no está firme. No hay tobillera electrónica ni restricciones que indiquen que cumple pena en su domicilio. Presentarla como una convicta con beneficio de prisión domiciliaria es una estrategia discursiva para instalar la idea de que la ex presidenta es una delincuente prófuga del encierro, cuando la realidad jurídica dice lo contrario.
El indulto y la fantasía del show
Finalmente, Mercuriali descartó un eventual indulto presidencial, afirmando que no es viable por tratarse de delitos contra la administración pública. En este punto, es correcto: la reforma constitucional de 1994 prohíbe el indulto en esos casos. Sin embargo, Cristina nunca pidió ser indultada ni ha apelado a esa vía. Su estrategia judicial siempre fue la defensa en tribunales y la denuncia de la persecución política en su contra.
Resulta llamativo que quienes más braman contra supuestas maniobras dilatorias sean los mismos que agitan fantasmas de indultos o maniobras turbias cada vez que tienen cámara abierta.
Cristina, el blanco perfecto
Detrás de cada intervención de Mercuriali y otros comunicadores afines, se repite un patrón: la figura de Cristina Kirchner funciona como blanco político perfecto para distraer la atención pública de problemas económicos, sociales o institucionales. Se convierte en tema obligatorio en la televisión, sin matices, sin análisis jurídico real, solo con titulares altisonantes.
Mercuriali habla de “lo que no existe en la justicia argentina”. Tal vez lo que no existe es la voluntad de ciertos periodistas de informar con rigor, sin convertir los estudios de televisión en tribunales paralelos.
Debemos recordar que el periodista Mercuriali responde a sectores mediáticos-empresariales y políticos vinculados a la oposición al kirchnerismo, que sostienen un relato punitivista y judicialista contra Cristina Kirchner. Su discurso alineado con agendas de los medios concentrados siempre interesados en mantener la figura de CFK como blanco permanente de cuestionamientos. Lejos, pero muy lejos, del verdadero objetivo de un periodista.
Mientras tanto, Cristina Fernández de Kirchner sigue ejerciendo sus derechos como cualquier ciudadana y defendiendo su inocencia en sede judicial. Algo que, guste o no a sus detractores, sí existe en la justicia argentina.
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