El Instituto Damaso Centeno atraviesa una crisis por los bajos sueldos docentes y se suma a la ola de cierres que impulsa el ministro de Defensa.
Más de 50 docentes renunciaron este año en el histórico colegio que depende del Ministerio de Defensa. Padres y familias denuncian abandono mientras Petri avanza con un plan para cerrar escuelas “no imprescindibles”, desatando malestar entre las Fuerzas Armadas.
La gestión de Luis Petri en el Ministerio de Defensa enfrenta un nuevo frente de conflicto, esta vez en el ámbito educativo. El histórico Instituto Damaso Centeno, un colegio bajo la órbita del Ejército, está atravesado por una crisis que ya provocó la renuncia de 50 docentes sobre un plantel de 193 en lo que va de 2025. La razón de fondo es puramente económica: una maestra de grado que trabaja un turno cobra apenas 370 mil pesos mensuales, mientras que en el sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires el mismo cargo alcanza los 780 mil.
La situación encendió las alarmas entre docentes, padres y exalumnos, quienes se autoconvocaron para realizar un abrazo simbólico en defensa de la institución. Denuncian que pasa el tiempo y no obtienen respuesta de las autoridades, mientras crece la incertidumbre sobre el futuro del colegio.
El Instituto Damaso Centeno es una institución civil aunque depende del Ejército, cuyo director suele ser un coronel en actividad. En este caso, el coronel Juan Sancho Vilarullo, señalado como un hombre cercano a la vicepresidenta Victoria Villarruel, habilitó el reclamo de los docentes al reconocer que “sin aumento de sueldos, el colegio no es viable”.
Fuentes militares remarcan que el colegio genera recursos propios a través de las cuotas que pagan las familias —alrededor de 178 mil pesos mensuales en secundaria y 150 mil en primaria— pero esos fondos no quedan en el establecimiento. En cambio, se depositan en el Tesoro Nacional y los sueldos se abonan desde el Ministerio de Defensa. “El colegio tiene caja suficiente para pagar salarios acordes a los de la Capital, pero Defensa se queda con la plata”, aseguran voces cercanas a la conducción educativa.
El conflicto en el Instituto se produce en paralelo con la decisión de Petri de revisar y eventualmente cerrar escuelas militares o civiles que no sean consideradas imprescindibles. La Armada, por ejemplo, tiene unas 26 o 27 instituciones educativas, como la escuela de pesca, la escuela fluvial y liceos en los que, incluso, ahora los cadetes deben pagar cuota.
En la Armada también se paralizaron concursos docentes por falta de presupuesto, lo que refuerza la sensación de ajuste en toda la estructura educativa de las Fuerzas Armadas. Una fuente advirtió que “el Ministerio de Defensa, a través de la Subsecretaría de Formación, está recorriendo institutos para evaluar qué establecimientos pueden cerrar, aunque hay fuerte presión interna para que el Damaso Centeno no desaparezca”.
La delicada situación del colegio se suma a otras tensiones que atraviesa la gestión Petri. Los militares ya manifestaron su molestia por el intento de cerrar la constructora de las Fuerzas Armadas y persisten las fricciones internas sobre el manejo de los recursos. Mientras tanto, padres y docentes reclaman respuestas urgentes para evitar el colapso de una institución centenaria, que —a diferencia de un liceo militar— es completamente civil y forma parte de la identidad educativa del Ejército.
La crisis educativa en el Ministerio de Defensa deja al descubierto no solo la precariedad salarial del sector docente, sino también las contradicciones de un gobierno que impulsa recortes mientras proyecta la integración de Argentina a organismos como la OTAN. Y plantea una incógnita clave: ¿podrá el Instituto Damaso Centeno sobrevivir a la política de “escuelas imprescindibles” que pregona Petri?
Fuente:
Tensión en Defensa: renuncias masivas en el colegio del Ejército profundizan el conflicto con Petri

Deja una respuesta