Un femicidio cada 36 horas: la violencia de género se profundiza bajo el vaciamiento estatal realizado por el mileismo

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Equivale a un crimen cada 36 horas. Esa es la contundente conclusión que se desprende del último relevamiento del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, que contabilizó 164 femicidios en lo que va de 2025. El dato, estremecedor por sí mismo, cobra aún más gravedad cuando se traduce en la rutina de la violencia: una mujer asesinada por razones de género cada día y medio en la Argentina.

El informe, elaborado a partir del análisis de medios de comunicación de todo el país entre el 1 de enero y el 31 de agosto, advierte que las cifras podrían ser todavía mayores. A la tragedia de las vidas perdidas se suman los 264 intentos de femicidio registrados en el mismo período, lo que muestra la magnitud de una violencia persistente y en escalada.

Entre las víctimas fatales, el 15% había realizado al menos una denuncia y un 10% contaba con medidas judiciales de protección al momento del crimen. Estos números vuelven a poner en discusión la ineficacia del Estado para garantizar seguridad y cuidado incluso en los casos donde ya existía un alerta previo. El informe también revela un dato inquietante: 14 de los agresores eran integrantes de las fuerzas de seguridad, lo que deja al descubierto un entramado de impunidad estructural.

En cuanto al vínculo con los femicidas, el 42% de las víctimas fueron asesinadas por sus parejas, el 29% por exparejas y el 9% por familiares directos. El círculo íntimo, ese que debería brindar resguardo, se convierte en el espacio más peligroso para miles de mujeres.

Las provincias con mayor cantidad de femicidios en proporción a su población fueron Chaco, Salta, Santa Cruz, Neuquén, Misiones, Tierra del Fuego, Río Negro, La Rioja, Jujuy y Mendoza. El mapa de la violencia de género no se restringe a un territorio particular: atraviesa al país entero con un patrón de horror sostenido.

Respecto a las modalidades del crimen, el 24,4% de las mujeres fueron asesinadas con armas de fuego, el 22% con armas blancas, el 19,5% por asfixia, el 13,4% a golpes y el 6,1% por quemaduras. En un 14,6% de los casos no se pudo establecer la causa. Cada una de esas cifras encierra historias truncadas y una violencia que se vuelve más cruel con cada omisión estatal.

El informe también advierte que, como consecuencia directa de estos 164 femicidios, 133 niñas y niños quedaron sin madre. El Observatorio subraya que el desmantelamiento de programas de protección y asistencia por parte del actual gobierno constituye un factor clave en el agravamiento de esta realidad.

“La eliminación sistemática de programas destinados a garantizar derechos y a brindar protección a las víctimas de violencia de género no sólo desmantela las políticas de cuidado, sino que agrava mes a mes la situación de miles de mujeres y diversidades”, denuncia el documento, en una clara alusión al vaciamiento del Estado impulsado desde la gestión libertaria.

Lejos de ser una estadística fría, cada dato expuesto desnuda una política que se desentiende de la vida de las mujeres, mientras la violencia se cobra una víctima cada 36 horas en la Argentina.

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