Abuso, encubrimiento y desidia institucional en el caso de la niña de 11 años que dio a luz en Chaco

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El horror en Juan José Castelli expone una trama de abuso, encubrimiento familiar y desidia estatal que terminó con una niña de 11 años dando a luz y un recién nacido encontrado al borde de la muerte.

La intervención médica permitió descubrir que no había un aborto espontáneo, sino un parto oculto. Los padres de la menor quedaron detenidos por encubrimiento y el caso, investigado como abuso sexual, deja al desnudo la ausencia de un Estado que debería garantizar la protección de la niñez y que, bajo el gobierno de Javier Milei, recorta recursos vitales para la prevención y asistencia en situaciones de violencia.

Lo ocurrido en Juan José Castelli, Chaco, no es solo un hecho policial aislado, sino el reflejo más cruel de una sociedad desprotegida. Una niña de 11 años dio a luz en circunstancias aberrantes y el recién nacido estuvo desaparecido durante más de 20 horas, hasta ser hallado a la intemperie, con hipotermia y al borde de la muerte. El desenlace expone no solo la violencia ejercida sobre la menor, sino también la cadena de negligencias y omisiones que permitieron que semejante atrocidad ocurriera.

Los padres llevaron a la nena al hospital con la versión de un aborto espontáneo. Sin embargo, la pericia médica reveló lo que intentaban ocultar: un parto, graves desgarros genitales y la clara sospecha de abuso sexual. La denuncia del médico de guardia fue clave para que la Justicia interviniera y ordenara allanamientos en el domicilio familiar, donde apenas se encontraron trapos y sábanas ensangrentadas. El bebé, buscado contrarreloj, apareció tirado en condiciones infrahumanas, hoy internado en terapia intensiva con riesgo de vida.

La historia duele, indigna y desnuda una verdad que incomoda: el Estado argentino, lejos de fortalecer los mecanismos de protección a la niñez y de garantizar políticas de prevención, mira hacia otro lado. Y lo hace en el peor momento posible, con un gobierno nacional que decide ajustar justamente en las áreas más sensibles: asistencia social, salud pública y programas de protección integral de la infancia. La gestión de Javier Milei se caracteriza por reducir al mínimo la intervención estatal en problemas estructurales como el abuso infantil y la violencia de género, como si la omisión no fuera también una forma de complicidad.

En este caso, la detención de los padres por encubrimiento es apenas un primer paso. El trasfondo es mucho más complejo y perturbador. La niña, sometida a un embarazo producto de un abuso sexual, se convierte en la cara visible de una realidad que las estadísticas oficiales prefieren maquillar: miles de niñas y adolescentes atraviesan maternidades forzadas en la Argentina, muchas veces silenciadas por un sistema que les da la espalda. Y ahora, con un Estado que se retrae bajo la bandera del “ajuste”, la situación amenaza con agravarse.

El caso de Castelli es, por donde se lo mire, un espejo brutal de las fallas que naturaliza la violencia sobre los más vulnerables. No se trata solo de la responsabilidad penal de los padres, sino de la responsabilidad política de quienes gobiernan y deciden recortar recursos en educación sexual, en protección integral y en salud pública. Porque cuando el Estado se borra, lo que queda es lo que vimos en Chaco: horror, encubrimiento y abandono.

Fuente

.https://www.minutouno.com/sociedad/horror-chaco-detienen-los-padres-una-nena-11-anos-que-dio-luz-un-bebe-que-estuvo-desaparecido-n6195177

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