Luciano Lezano, líder del sindicato del Ingenio Ledesma, denuncia maniobras irregulares que favorecen al legislador libertario y ponen en riesgo la atención de miles de afiliados. El conflicto desatado por el control de Ospail revela un entramado de irregularidades, deudas infladas y posibles estafas que involucran a ex directivos y a Quintar, mientras los trabajadores luchan por preservar la cobertura de salud de más de 5.000 personas.
El escándalo estalló cuando Luciano Lezano asumió la secretaría general del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma (Soeail) y se encontró con una obra social, Ospail, al borde del colapso financiero. La denuncia que dirige contra el diputado libertario Manuel Quintar, uno de los alfiles de La Libertad Avanza en Jujuy, y sus cómplices, el ex presidente de Ospail Miguel Guerra y la ex tesorera Julieta Chocala, describe un mecanismo sistemático para beneficiarse económicamente a expensas de más de cinco mil afiliados. Según Lezano, la deuda de la obra social, originalmente de 183 millones de pesos en 2022, fue inflada a casi 500 millones mediante documentos firmados por Guerra y Chocala cuando ya no ocupaban cargos en la institución.
Pero la disputa no se limita a cifras: también está en juego un inmueble de gran valor que, según los trabajadores, forma parte del apetitoso botín de Quintar y sus allegados. La maniobra, según relatan, consistió en alquilar un edificio de la obra social al propio diputado, quien gerencia la clínica Sagrado Corazón a través de una SRL vinculada a su familia, y cobrar sumas millonarias que superaban con creces el valor real de las prestaciones médicas. Se estima que la clínica percibía 60 millones de pesos mensuales cuando el servicio real apenas alcanzaba los 18 millones. Un margen de ganancia que, para Lezano, constituye una clara estafa.
El conflicto no se detuvo ahí. Para garantizar que la irregularidad persistiera, Quintar habría presionado a Lezano mediante amenazas directas y bloqueos financieros, incluso involucrando a terceros que pretendieron tomar la clínica. La resistencia de Lezano y el respaldo de la mayoría de los afiliados lograron revertir una asamblea «autoconvocada» el 29 de agosto que buscaba destituirlo. Desde su trinchera, el sindicalista denunció la maniobra como un intento deliberado de quebrar el orden institucional y democrático del sindicato, señalando a Quintar como el cerebro de la operación.
Mientras la obra social corre riesgo, con tratamientos oncológicos, atención a personas con discapacidad y pacientes crónicos pendientes de cobertura, el diputado Quintar ha negado cualquier irregularidad, alegando que solo brindó asesoramiento legal a la clínica. Sin embargo, los antecedentes familiares en el sector salud y la larga trayectoria de la clínica Los Lapachos, anteriormente llamada Clínica Quintar, apuntan a una continuidad de intereses económicos bajo la misma fachada profesional.
El contexto de este conflicto es aún más inquietante si se observa el nexo político que Quintar mantiene con Lule Menem, funcionario cercano a la presidencia y a punto de ser procesado por el desfalco en Osprera, la obra social de los peones rurales. Los paralelismos entre ambos casos sugieren un patrón de operaciones donde los intereses privados se imponen sobre el bienestar de los afiliados. En este marco, la intervención de la Secretaría de Trabajo, encabezada por Julio Cordero, y de la Fiscalía de Delitos Patrimoniales, resulta fundamental para esclarecer los hechos y proteger a quienes dependen de Ospail para acceder a servicios de salud esenciales.
El diputado jujeño Alejandro Vilca, de la bancada de izquierda, alertó sobre el valor estratégico y económico de la obra social, describiéndola como un «pastel jugoso» que despierta codicia en quienes buscan lucrar con la salud pública. La denuncia de Vilca refuerza la hipótesis de que estamos ante un caso que no solo involucra irregularidades financieras, sino también maniobras políticas y judiciales que ponen en evidencia un entramado de corrupción que trasciende la esfera local y toca directamente los intereses de los trabajadores.
La gravedad del asunto radica en que, mientras los responsables políticos y económicos del conflicto negocian, los afiliados quedan vulnerables. Familias enteras, incluidos niños con discapacidades y pacientes con tratamientos médicos críticos, están expuestos a la interrupción de servicios que deberían ser garantizados por la obra social. Esta situación pone de relieve no solo la posible estafa sino también la ineficiencia y la falta de control que permiten que legisladores y ex directivos utilicen a Ospail como una herramienta para su enriquecimiento personal.
El caso Quintar revela también un patrón preocupante en la política de Jujuy y, más ampliamente, en la gestión de La Libertad Avanza: la falta de transparencia, la connivencia con actores del pasado cuestionado y la priorización de intereses privados por encima del bienestar colectivo. La coincidencia de maniobras con Osprera no es casualidad: demuestra cómo el control de instituciones de salud puede convertirse en un negocio lucrativo cuando los mecanismos de supervisión y regulación son débiles o están alineados con quienes buscan aprovecharlos.
En definitiva, la acusación contra Quintar no solo es un escándalo local: es un caso testigo que refleja la vulnerabilidad de las instituciones de salud sindicales frente a la codicia de quienes deberían protegerlas. La sociedad, los afiliados y las autoridades deben permanecer alertas, porque la transparencia y el control no son solo formalidades burocráticas, sino la diferencia entre garantizar derechos fundamentales y permitir que el dinero de los trabajadores sea desviado hacia bolsillos privados. Mientras tanto, la atención a más de cinco mil afiliados depende de que las denuncias se tomen en serio y de que la justicia actúe con celeridad, frente a un legislador que, lejos de velar por la salud pública, parece más interesado en su propio beneficio y en el de su círculo cercano.
Fuente:
.https://www.agencianova.com/nota.asp?n=2025_9_11&id=157715&id_tiponota=4
Deja una respuesta