Tras perder en las urnas, Milei profundiza el ajuste contra las provincias y le veta los fondos

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La Casa Rosada promete mesas de diálogo pero profundiza el aislamiento político. Con la oposición provincial en pie de guerra, Milei apuesta a un ajuste que ya fue rechazado en las urnas y que amenaza con agravar la crisis social y territorial.

El gobierno de Javier Milei decidió cerrar filas y sostener, a cualquier costo, el rumbo económico que lo dejó derrotado en la provincia de Buenos Aires, donde cayó 13 puntos por debajo del peronismo. En lugar de escuchar el mensaje de las urnas, el Presidente vetó la ley de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) impulsada de manera unánime por los gobernadores, sumando otro gesto de desprecio institucional tras bloquear el financiamiento universitario y la emergencia pediátrica. El ajuste avanza sin pausa, aun cuando los números políticos le resultan adversos.

La reunión convocada en el recuperado Ministerio del Interior dejó en evidencia la estrategia oficial. Allí se mostraron Lisandro Catalán, Guillermo Francos y Luis Caputo junto a tres mandatarios provinciales: Leandro Zdero de Chaco, Alfredo Cornejo de Mendoza y Rogelio Frigerio de Entre Ríos. Todos ellos forman parte de la reducida lista de aliados dispuestos a sostener a Milei en medio del creciente malestar federal. El resto de los gobernadores, enfurecidos por el veto a los ATN, ni siquiera fueron convocados.

Los funcionarios nacionales repiten que estos tres mandatarios actuarán como “puente” para recomponer vínculos con los demás, pero la realidad es que la bronca es palpable. Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro, Carlos Sadir, Claudio Vidal, Ignacio Torres y Gustavo Valdés ya anticiparon que se mostrarán juntos en Córdoba, marcando distancia de una Casa Rosada que solo promete mesas vacías. No sorprende que Gustavo Sáenz, gobernador de Salta, describiera al gobierno como una “paloma de iglesia que caga a los fieles”. La metáfora es brutal, pero condensa la desilusión con las promesas rotas.

Las críticas también se escucharon desde San Juan. Marcelo Orrego lamentó públicamente el veto contra la universidad pública, recordando que para miles de jóvenes del interior representa la única posibilidad real de acceder a educación de calidad. Ese desprecio por el interior productivo y estudiantil refleja que Milei no gobierna para integrar al país, sino para castigar a quienes no se subordinan a su programa de ajuste.

Mientras tanto, desde Balcarce 50 insisten en que no hay ruptura con las provincias, aunque los hechos demuestran lo contrario. Aseguran que los ATN no son vitales y que el verdadero objetivo es sumar voluntades para la aprobación del Presupuesto 2026, que Milei presentará por cadena nacional. La promesa es abrir un supuesto diálogo para negociar reforma laboral y tributaria, pero el trasfondo es evidente: condicionar a los gobernadores bajo la lógica del látigo y la billetera.

El propio Catalán lo dejó claro al afirmar que no se trata de ganar elecciones sino de “hacer lo que hay que hacer”. La frase sintetiza el desprecio por el voto popular y confirma que el Gobierno no piensa rectificar ni una coma de un modelo que empobrece a las provincias y deja a los sectores medios y bajos sin oxígeno económico. Con una crudeza sorprendente, funcionarios de la Rosada admiten que no habrá medidas para reactivar el consumo porque “la elección es en 40 días y no se llegarán a ver los resultados”.

El escenario se vuelve todavía más oscuro con las internas que atraviesan al oficialismo. Eduardo “Lule” Menem, señalado por escándalos de corrupción, sigue operando desde Balcarce 50 pese a los intentos de mostrarlo corrido de las decisiones. Esa contradicción erosiona cualquier discurso de transparencia y alimenta la desconfianza, incluso entre los propios libertarios.

Milei apuesta a un relato de supuestas “mesas de diálogo”, pero la realidad es que solo se rodea de incondicionales y descarta cualquier mirada que cuestione su plan. La derrota electoral no lo hizo reflexionar, sino que lo empuja a radicalizar un rumbo que amenaza con dinamitar los vínculos federales. Si el Presidente cree que puede gobernar contra las provincias, ignora una verdad elemental: ningún país se sostiene a espaldas de su interior.

Fuente:

.https://www.pagina12.com.ar/857318-la-rosada-promete-dialogo-pero-veta-los-atn

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