Stornelli se convierte en el brazo judicial de Bullrich para perseguir medios y desviar la causa de las coimas

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El Gobierno de Javier Milei, cada vez más atrapado en sus propias contradicciones, encontró en Carlos Stornelli el fiscal dispuesto a hacer el trabajo sucio de la Rosada. A pedido de Patricia Bullrich, Stornelli activó una investigación que apunta a los medios y a los portales que difundieron los audios de las coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). Aunque se cuidó de no avanzar con el escandaloso allanamiento a periodistas, tal como pedía la ministra de Seguridad, reclamó información sobre Carnaval Stream y el portal Data Clave, mientras prepara el terreno para ensuciar también la causa que investiga los sobornos vinculados a la droguería Suizo Argentina.

Mientras Milei insiste en delirantes hipótesis de espionaje internacional con rusos, venezolanos y hasta la AFA como protagonistas, en su propio círculo nadie puede explicar con claridad dónde fueron grabados los audios de Karina Milei. La confusión interna se traduce en una ofensiva contra el periodismo, que busca correr el foco del verdadero escándalo: las coimas en el área más sensible del Estado, la de la discapacidad, donde el ajuste y la corrupción avanzan de la mano.

En paralelo, la causa principal sigue su curso. La Procuraduría de Investigaciones Administrativas analiza facturas, contratos y documentación secuestrada en los allanamientos a la Andis y a la droguería Suizo Argentina. El fiscal Franco Picardi ya ordenó levantar el secreto fiscal y bancario, y se espera el peritaje al celular de Daniel Garbellini, exfuncionario vinculado al programa Incluir Salud y con antecedentes en gestiones macristas. Allí podrían aparecer pruebas clave sobre el direccionamiento de compras y posibles pagos ilegales.

Stornelli, fiel a su estilo, tomó la denuncia de Seguridad y la envolvió en un relato de “operaciones kirchneristas” con ánimo “destituyente”. Así intenta embarrar el terreno y meter en la misma bolsa a periodistas, opositores y a quienes investigan la trama de sobornos. Su pedido de información al ENACOM, a la IGJ, a la AFIP y hasta a la Cámara Electoral sobre medios de comunicación revela la estrategia de intimidar a quienes difundan pruebas incómodas para el oficialismo.

Lo más grave es el intento de censura previa. A instancias de Karina Milei, el juez Alejandro Maraniello prohibió la difusión de los audios, en un fallo repudiado por especialistas y organizaciones de prensa que advirtieron sobre la inconstitucionalidad de esa medida. La maniobra se completa con el discurso oficial que busca equiparar periodistas con espías, mientras minimiza los sobornos que salpican a funcionarios libertarios.

Lo que el gobierno intenta ocultar, en definitiva, es que la causa de las coimas avanza y amenaza con destapar una red de corrupción que compromete a la cúpula de la administración Milei. Pero en vez de dar explicaciones, optan por la persecución mediática, el hostigamiento judicial y la censura. La foto de esta crisis expone dos cosas al mismo tiempo: la podredumbre interna de La Libertad Avanza y el peligroso camino de un gobierno dispuesto a reprimir la libertad de prensa con tal de sostener su relato.

Fuente:

  • https://www.pagina12.com.ar/854529-ya-consiguio-un-juez-ahora-tambien-un-fiscal-stornelli-hace-

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