En apenas un año, el mapa impositivo de la Argentina cambió de manera drástica. Según el informe que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, presentó ante el Congreso, la cantidad de personas alcanzadas por el impuesto a las Ganancias se triplicó entre 2024 y 2025. Lo que el oficialismo describe como un “ordenamiento fiscal” se traduce en los hechos en salarios más bajos, jubilaciones recortadas y un aumento feroz de la presión tributaria sobre los sectores medios y bajos.
Los números hablan por sí solos. En junio de 2024, poco menos de 388 mil personas estaban alcanzadas por el tributo. Un año después, en junio de 2025, la cifra saltó a casi 1,2 millones de trabajadores y jubilados. La recaudación acompañó este salto: pasó de $293.968 millones a más de $444.000 millones en apenas doce meses.
La clave de este incremento estuvo en la reforma de la Ley Bases impulsada por Javier Milei, que redujo el mínimo no imponible y eliminó la referencia al salario mínimo vital y móvil que regía bajo la gestión de Sergio Massa. Antes, solo quienes ganaban más de 15 sueldos mínimos —unos $3,5 millones en junio de 2024— pagaban el impuesto. Desde mediados de 2024, en cambio, tributan los que superan los $1,8 millones brutos.
El resultado fue inmediato: cada mes se incorporaron miles de trabajadores al régimen. En diciembre de 2024 ya eran más de 829 mil empleados alcanzados, y entre los jubilados la situación fue todavía más regresiva. Con haberes que superen los ocho mínimos —$2,5 millones en agosto de 2025—, el tributo empezó a cobrarse a adultos mayores, incluso a quienes recibieron reajustes por fallos judiciales.
Para el Gobierno, este esquema representa un triunfo: más recaudación, más coparticipación para las provincias y, sobre todo, un superávit fiscal que Milei exhibe como bandera de su modelo económico. Sin embargo, lo que se esconde detrás de ese relato es que el costo lo pagan los mismos de siempre: los trabajadores en relación de dependencia y los jubilados, es decir, quienes tienen menos margen para soportar un recorte en sus ingresos.
El oficialismo celebra, pero en la vida cotidiana de millones de familias el cambio significa menos dinero para llegar a fin de mes, menos consumo, menos ahorro y más frustración. La presión fiscal no recae sobre las grandes fortunas ni sobre los sectores concentrados, sino sobre quienes sostienen el mercado interno y la economía real.
Lo que se presenta como una victoria en términos macroeconómicos no es otra cosa que un ajuste encubierto contra la clase trabajadora. Un país donde cada vez más argentinos pagan impuestos para recibir cada vez menos a cambio: menos salud, menos educación, menos derechos y menos futuro.
Fuentes:
- https://www.infobae.com/economia/2025/08/28/por-que-se-triplicaron-en-un-ano-los-trabajadores-y-jubilados-que-pagan-ganancias/?outputType=amp-type
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