7 de agosto de 2025 | Por Redacción Enorsai

El plan Milei: apertura, bimonetarismo y ajuste fiscal con sello noventista
El economista Carlos Sellaro analizó en Radio Victoria que el plan económico de Javier Milei replica los lineamientos de la década del ’90, asentado en cuatro pilares:
- Apertura económica acelerada (importaciones sin freno);
- Desregulación –con Sturzenegger al frente–;
- Sistema bimonetario (dólar o peso, opción libre);
- Ajuste fiscal para garantizar superávit a cualquier precio.
“No hay sorpresas: Milei hace exactamente lo que prometió en campaña”, remarcó Sellaro, recordando la promesa de abrir la economía “a la chilena” y bajar la inflación “cueste lo que cueste”.
Baja de inflación, pero a costa del poder adquisitivo y la competitividad
Si bien el descenso de la inflación es visible, Sellaro advierte que el precio es altísimo: “Se paga con caída del poder adquisitivo, atraso cambiario y baja de la competitividad sectorial”. Ejemplo: Argentina importa ahora carne y cerdo de Brasil, señal de pérdida de competitividad interna. El modelo de frenar el dólar para domar la inflación –repetido por todos los gobiernos, de Menem a Cristina, Macri y ahora Milei– siempre termina en menor rentabilidad y mayores problemas para la industria nacional.
Importaciones versus industria: ganadores y perdedores
La apertura extrema divide la economía en dos: algunos sectores productores –como el agro que ahora puede importar maquinaria agrícola usada, a precios impensados antes– encuentran ventajas, pero la industria local y muchas pymes quedan condenadas. “En cada rubro hay ganadores y perdedores. El problema es la velocidad: pocas empresas industriales pueden reconvertirse a tiempo”, explicó Sellaro, citando casos de productores que ya importan cosechadoras usadas a menos de un tercio del precio local.
El derrumbe de los márgenes y la estrategia de sobrevivir
El margen de rentabilidad en la industria, el comercio y los servicios “cae a mínimos históricos”. Ante el avance de las importaciones y la presión fiscal, las empresas enfrentan el dilema: reconvertir tecnología, ajustar costos o aumentar escala, pero casi sin margen. “Muchos empresarios en Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba hoy solo hablan de cómo achicar costos y sobrevivir; algunos podrán adaptarse, otros quedarán en el camino”, alertó Sellaro.
El ajuste, reconoció, no es novedoso: es la versión acelerada del experimento de los años ’90, pero con menos tiempo de adaptación y un contexto global que impide sostener el mismo modelo.
¿Inflación de un dígito… a qué costo?
Sellaro no descarta que, si siguen los mismos ejes, “la inflación a un dígito en 2026 es posible, pero el camino es un país que importa lo que antes producía, salarios depreciados y empresas en crisis”. El debate ya no es solo bajarla, sino cómo y a qué precio social y productivo.
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Fuente: AM 980 Radio Victoria




















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