¿Plan B? Volvió el spot de campaña del narco-candidato a La Nación+

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La vuelta de José Luis Espert a las pantallas de La Nación+ reaviva las sospechas sobre su papel en el armado electoral libertario y su vínculo con un empresario detenido por narcotráfico.

Mientras los spots del diputado bonaerense vuelven a ocupar el aire del canal más cercano al oficialismo, crecen las versiones que lo ubican como el nuevo “plan B” electoral de Javier Milei. El retorno de Espert ocurre en medio de investigaciones judiciales y tensiones internas dentro de La Libertad Avanza.

La televisión volvió a mostrar lo que muchos daban por terminado: José Luis Espert regresó.
En las últimas horas, La Nación+ reanudó la emisión de spots del diputado bonaerense, generando un fuerte revuelo político. El relanzamiento mediático de quien fuera aliado ocasional de Javier Milei despierta una pregunta inevitable: ¿por qué ahora?


El retorno no parece casual. Fuentes cercanas al oficialismo señalan que Espert podría convertirse en la nueva carta electoral del espacio libertario, en medio del desgaste del gobierno y las tensiones con parte del PRO. Su figura, que combina el discurso “técnico” del liberalismo clásico con una impronta mediática agresiva, podría servir para intentar recomponer la imagen pública del proyecto mileísta, especialmente en la provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, el relanzamiento ocurre en un contexto incómodo. Espert continúa bajo la lupa por su presunta relación con el empresario Federico “Fred” Machado, actualmente detenido por narcotráfico y lavado de dinero. La causa, que investiga movimientos financieros y vínculos con campañas políticas, amenaza con ensombrecer cualquier intento de reposicionamiento electoral.

Mientras tanto, los medios afines al oficialismo —en especial La Nación+— parecen haber decidido volver a abrirle las puertas al diputado, en una estrategia comunicacional que combina blanqueo mediático y olvido selectivo. La repetición de sus spots recuerda el patrón ya conocido del ecosistema libertario: figuras que caen en desgracia momentánea y luego son reinsertadas, recicladas y devueltas al ruedo.

Lo cierto es que el regreso de Espert se produce en un momento de creciente malestar social, con la economía en recesión, la inflación que no cede y un gobierno que busca rearmar su frente político ante el desgaste. En ese escenario, el diputado bonaerense aparece como un posible “fusible” electoral para Milei: un vocero útil para mantener encendida la retórica liberal mientras el Presidente intenta preservar su figura por encima del barro político.

Detrás del regreso mediático, sin embargo, persiste una contradicción: mientras Milei promete “terminar con la casta”, algunos de sus aliados más visibles están siendo investigados por vínculos con el poder económico más oscuro. Y Espert —con su pasado financiero, sus vínculos empresariales y ahora un socio acusado de narcotráfico— encarna mejor que nadie esa paradoja.

El “nuevo aire” que La Nación+ le otorga al diputado podría ser, en realidad, un intento de ensayo para medir su potencial como figura electoral. Pero el problema no es solo de marketing: es ético y político. ¿Puede un espacio que se autoproclama “anticasta” volver a postular a un candidato bajo investigación judicial sin perder toda coherencia discursiva?

La respuesta, como casi todo en el actual escenario argentino, se juega en los medios. Espert volvió a pantalla, y con él, la vieja alianza entre televisión, negocios y poder político. Una alianza que promete seguir dando capítulos —y escándalos— en los próximos meses.

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