Milei vendió el Regimiento de Patricios a Costantini en un proceso de vaciamiento del Estado

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El empresario Eduardo Costantini desembolsó 127 millones de dólares por el predio de 4,4 hectáreas en Palermo, pese a que el Congreso había determinado que era “no enajenable”. La venta expone, una vez más, el modelo privatizador que impulsa el gobierno de Javier Milei, donde los bienes públicos terminan en manos de empresarios aliados.

La subasta del histórico Regimiento de Patricios, concesionado hasta ahora a Cencosud, terminó en manos del fundador del MALBA. El diputado Miguel Ángel Pichetto denunció la operación como un atropello al patrimonio estatal. En el trasfondo, se consolida un esquema de saqueo institucional amparado en el discurso de “eficiencia” y “modernización” del Estado.

Eduardo Costantini volvió a ser noticia, pero no por una muestra en el MALBA ni por una obra maestra de arte moderno. Esta vez, el multimillonario empresario se quedó con uno de los terrenos más codiciados de la Ciudad de Buenos Aires: el histórico predio del Regimiento de Patricios, en pleno corazón de Palermo. Pagó 127 millones de dólares y desplazó a pesos pesados del negocio inmobiliario como Raghsa, la familia Coto y Cencosud, que pretendía renovar su concesión.

El terreno, de 4,4 hectáreas, salió con una base de 81 millones de dólares y terminó vendiéndose casi un 60% más caro. Se trata de la segunda operación más costosa en la historia de la Ciudad, después de la venta del Tiro Federal a las familias Werthein y Sielecki en 2018. En ambos casos, el patrón es el mismo: patrimonio público vendido al mejor postor, sin un debate real sobre el interés colectivo.

Lo más grave es que el Senado había aprobado por unanimidad un proyecto impulsado por Miguel Ángel Pichetto que declaraba el predio “no enajenable” por su valor histórico y simbólico. Pero el gobierno porteño, en perfecta sintonía con la lógica de Milei, hizo oídos sordos. “Sorprende que Costantini, con su discurso de honestidad, compre un bien del Estado a pesar de la voluntad expresada por el Congreso. Con esta acción se suma a otros voraces empresarios que se quedan con propiedades del Estado de alto valor económico”, escribió Pichetto en su cuenta de X.

Costantini adelantó que en el terreno se construirán oficinas y viviendas de diseño, un proyecto que, como todos los “emprendimientos premium” de Buenos Aires, promete lujo para unos pocos y exclusión para todos los demás. Claro que antes deberá pasar por la Legislatura porteña para su rezonificación, un trámite que la gestión de Jorge Macri ya prepara con la habitual prolijidad con que se legalizan los negocios privados en la Ciudad.

La normativa vigente exige que el 65% del predio rezonificado se destine a espacios públicos. Pero la experiencia demuestra que ese compromiso suele terminar en un par de senderos peatonales, algunas macetas y bancos de plaza, mientras los metros cuadrados más caros de la ciudad cambian de manos en silencio. La postal de siempre: cemento, torres y rentabilidad privada en nombre del “progreso”.

El trasfondo político es ineludible. El gobierno de Javier Milei no solo defiende la venta de activos del Estado: la convierte en un emblema ideológico. En nombre de la “libertad” y el “fin del gasto público”, se avanza en una privatización encubierta de los bienes comunes, desde los terrenos públicos hasta las universidades y hospitales. Todo se mide en dólares, todo se cotiza, todo se liquida.

Mientras la sociedad padece un ajuste feroz, los amigos del poder compran con descuento lo que pertenece a todos. En un país con hospitales que no pueden reponer insumos, universidades sin presupuesto y científicos sin laboratorio, la prioridad del gobierno parece ser facilitar negocios a los empresarios más cercanos al círculo libertario.

El caso Costantini sintetiza el modelo Milei: un Estado en liquidación, funcionarios que actúan como corredores inmobiliarios y empresarios que, con discurso de transparencia, acumulan propiedades estatales sin rendir cuentas. El patrimonio público, una vez más, termina bajo llave en manos privadas, y la historia de la Ciudad se vende al mejor postor.

Fuente

.https://www.lapoliticaonline.com/ciudad/costantini-se-quedo-con-el-mejor-terreno-de-palermo-y-enfurecio-a-pichetto/

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