Lule Menem, el fusible más barato del Gobierno: Milei blinda a su hermana y entrega a su operador

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El escándalo de los audios de Diego Spagnuolo sigue sacudiendo los cimientos del oficialismo y deja al descubierto lo que muchos en la Casa Rosada ya reconocen en voz baja: Eduardo “Lule” Menem está cada vez más cerca de convertirse en el próximo fusible. El primo del expresidente, operador nacional de La Libertad Avanza y mano derecha de Karina Milei, aparece mencionado en las escuchas que exhiben un entramado de coimas, favores políticos y negocios turbios alrededor de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).

Mientras tanto, el Gobierno juega una doble estrategia: blindar a Karina Milei, la verdadera jefa del esquema libertario, y dejar librado a su suerte a Lule, que ya no cuenta con defensores internos. En los pasillos de Balcarce 50 la frase es clara: “Karina no tiene nada que ver, ponemos las manos en el fuego por ella. Con Lule, no”.

Lejos de amortiguar la crisis, el caso Spagnuolo reavivó las internas que carcomen al Gobierno. Desde el entorno de Santiago Caputo, cerebro comunicacional del mileísmo, presionan abiertamente por la salida de Lule Menem: “Si se va él, se soluciona todo. Si uno de Las Fuerzas del Cielo se manda una cagada, al otro día se tiene que ir”, lanzó una fuente del caputismo. La tensión escaló incluso en las redes sociales: una cuenta que se hacía pasar por Martín Menem disparó contra el propio Caputo. El presidente de la Cámara de Diputados tuvo que salir a aclarar que no era él, pero las versiones apuntan a su propio entorno familiar. Un verdadero fuego amigo que expone la fractura interna.

La estrategia oficial, mientras tanto, es descargar toda la responsabilidad sobre Spagnuolo. Funcionarios libertarios reconocen que el ex titular del ANDIS “seguía en su cargo, cerrando paritarias, porque evidentemente había arreglado el tema”. Ahora lo convierten en el chivo expiatorio perfecto: su caída justifica una reforma institucional que ya se cocina en el Ejecutivo. Milei evalúa quitarle la autonomía a la ANDIS y hacerla depender directamente del Ministerio de Salud. Bajo el argumento de garantizar “transparencia”, se trata en realidad de un operativo de control político y disciplinamiento, para evitar que futuros escándalos escapen al radar de la Rosada.

Por ahora, Javier Milei se esconde en el silencio. No dará entrevistas ni aparecerá públicamente hasta que “los hechos se aclaren”. Una jugada arriesgada: en Balcarce 50 admiten que temen más filtraciones de audios y videos que ya obran en manos de la Justicia. Mientras tanto, la Casa Rosada encarga encuestas express para medir el impacto electoral del caso. La preocupación es clara: si la ciudadanía percibe que la corrupción alcanza el corazón del mileísmo, el blindaje a Karina Milei podría resultar insuficiente.

El caso Spagnuolo no es solo un escándalo de coimas. Es un síntoma del desgobierno libertario: internas feroces, operadores de bajo vuelo, funcionarios que hacen negocios en nombre del Estado y un Presidente que calla mientras todo arde. Lule Menem ya huele a fusible quemado. Y cuando la política entra en modo supervivencia, no hay lealtad que resista.

Fuente:

https://www.eldestapeweb.com/politica/caso-spagnuolo/en-casa-rosada-nadie-pone-las-manos-en-el-fuego-por-lule-menem-y-seria-el-proximo-fusible-2025826181521

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